La Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) calcula la meta de recaudación de impuestos para este año en Q49 mil 100 millones. La proyección de recaudación establecida en el presupuesto era de Q50 mil 375 millones, pero fue modificada a la baja en mayo último, pero está pendiente una nueva revisión entre la SAT y Finanzas.

“Para agosto decidimos no asignar gastos que no fueran para hacer pagos necesarios de bienes y servicios porque la previsión de recaudación no era tan cierta dado el cierre del impuesto sobre circulación de vehículos. No teníamos información sobre el rendimiento de la amnistía y luego también había muy pocos recursos previstos para cerrar en agosto”, indicó María Concepción Castro, viceministra de Finanzas.

La funcionaria explicó que desde el segundo cuatrimestre se comenzaron a hacer asignaciones cada mes, para contener el gasto y reforzarlo a través de circulares y restricciones en algunos rubros, lo cual se fortaleció en agosto.

CONFORME INGRESOS

Castro señaló que a las instituciones no se les asigna más de lo que se recauda en ingresos tributarios cada mes, pero podría ser quincenal.

“Es muy probable que las asignaciones las hagamos mensualmente o incluso quincenalmente, para poder tener mayor certeza y poder contener mejor el gasto”, refirió la viceministra, quien negó que sea un “capricho” de Finanzas.

También aseguró que esa decisión sustituyó la de emitir letras de Tesorería para llenar esas bajas estacionales para el gasto, porque de igual manera habría que pagarlas a final de año.

NÓMINA EN EL OJO

Trascendió la semana última que algunos ministerios comenzaban a resentir la recaudación en el pago de planillas.

Por ejemplo, Jorge Villavicencio, ministro de Salud, dijo a Prensa Libre que para agosto falta que a esa cartera se le asignen Q140 millones del grupo 0 —pagos a servicios personales—, aunque para todo lo demás afirma haber recibido las asignaciones a tiempo.

“Obviamente ha habido algún problema de recaudación fiscal, pero la cuota que nos asignan hasta el momento sí nos van dando cuando lo hemos solicitado y la hemos ido ejecutando de acuerdo a la capacidad que tiene el Ministerio”, manifestó el funcionario.

Castro explicó: “Si solamente había Q2 mil millones previstos a principios de mes para finales de agosto, entonces dijimos: ‘Bueno, resguardemos Q1 mil millones para la nómina, y el resto decidamos cómo lo distribuimos’. Entonces lo que asignamos fueron solamente esos otros Q1 mil millones”.

Asimismo, Leonel Rodríguez, ministro de Desarrollo Social, expresó que harán un requerimiento de Q500 millones a Finanzas para el programa de transferencias Bono Seguro, que se implementará el resto del año, pero antes debe finalizar un proceso administrativo.

“Hubo una restructuración que se dio a raíz de la creación de las unidades ejecutoras. Eso lógicamente hizo que de alguna manera se paralizara la ejecución”, afirmó Rodríguez.

En Gobernación trascendieron retrasos, pero el ministro Mauricio López Bonilla no respondió las llamadas para conocer su versión.

ACCIONES PALIATIVAS

Los aportes mensuales para lograr una contención automática del gasto en las instituciones de la administración central son “medidas paliativas”, según Wilson Romero, analista del Instituto de Investigaciones Económico Sociales, de la Universidad Rafael Landívar.

“El problema sigue siendo el mismo, de no hacer una reforma tributaria a fondo que provea al Estado de los recursos necesarios, y no somos un Estado grande, pero que tenga los recursos necesarios”, indicó el experto.

Romero afirmó que aunque está bien la contención de gastos mediante la asignación mensual, lo ideal es una planificación financiera en el sentido de programar los gastos. “Como no hay una política adecuada en ese sentido, se termina requiriendo deuda”, explicó.

YA HABÍA SEÑALES

“El Gobierno está apostando a un recorte inercial en el sentido que va gastando en la medida que va recaudando, porque no es planificado”, expuso el economista Carlos Aníbal Martínez, del Instituto de Problemas Nacionales, de la Universidad de San Carlos.

El analista coincide con Romero en que desde el inicio, cuando se presentaron los primeros indicios de que la recaudación no sería como lo esperaban, se hubiera preparado un plan de contención para priorizar las áreas.

“Es una especie de contención de gasto a ciegas, no se sabe para dónde va, no tiene un norte bien definido. Es decir, es una salida empírica. El Gobierno no debiera actuar de esa manera. Hubo varias señales a lo largo del año, pero hasta ahora actuaron”, dijo Martínez.