ESCENARIO DE VIDA

Estación Biológica Las Guacamayas

Hace unos días tuve el privilegio de estar en la Estación Biológica Las Guacamayas, cuya área protegida está localizada en la Laguna del Tigre, dentro de la Reserva de Biosfera Maya del departamento de Petén.

Contrario a lo que muchas personas piensan de que la Laguna del Tigre ya no debe ser protegida porque se ha convertido en un gran potrero, llegar a la Estación es una luz en medio de las tinieblas, y con solo estar cinco minutos recorriendo el área me hizo maravillarme. Allí encontramos una extensión de 5,050 hectáreas de bosque tropical primario con exóticas especies de flora y fauna que nos hacen sentir orgullosos.

Naturalmente, sabemos que la Laguna del Tigre ha sido saqueada en las últimas décadas y hace tan solo 15 años —volando en helicóptero— pude comprobar con tristeza cómo ha ido avanzando la frontera agrícola que nos despojó de una gran parte de esta belleza natural. Esta estación biológica está a cargo de la Asociación Balam y de la empresa Las Guacamayas Tour and Travel, y es competencia también del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), por ser el administrador del Parque Nacional Laguna del Tigre.

Para llegar a esta estación, que está abierta a visitantes, científicos o estudiantes nacionales o extranjeros, debemos llegar antes a la Ciudad de Flores, Petén. De allí debemos viajar a Paso Caballos, que queda a una hora y media de distancia, parcialmente por camino de terracería, y de allí debemos tomar una lancha, completando dos horas de travesía que ofrece una total aventura. El fantástico río San Pedro nos da el marco para sentirnos libres del bullicio de las ciudades y es allí donde vemos los ojitos brillantes de los cocodrilos, entre otra gran gama de fauna, y en especial aves migratorias que nos quitan el habla.

Las especies de alto valor biológico que encontramos en este paraíso son la guacamaya roja, que está en peligro de extinción; el jaguar, el tapir, jabalí de labios blancos y la tortuga blanca. En el río San Pedro también está la más grande población de cocodrilos peteneros y, por supuesto, una gran variedad de reptiles. Eso sin contar los monos aulladores, 300 especies de aves, entre ellas residentes y migratorias, siendo de las más emblemáticas las guacamayas rojas y las agamis heron, tucanes, garzas y colibríes. Se trata de una aventura excepcional donde, en medio de la inmensidad de la jungla, está guardado un sitio arqueológico maya llamado Waká-Perú, a siete km de la Estación. Los gobernantes de este sitio controlaban los ríos San Pedro y San Juan, y por medio de ellos comerciaban con otras ciudades mayas como Piedras Negras, El Naranjo y Cancuén.

Después de que el director de la Estación Biológica Las Guacamayas, Jeovani Tut Rodríguez, y el guía turístico Rómulo Bedoya me recibieron con los brazos abiertos, ávidos de mostrarme su paraíso terrenal, observé una belleza exótica inigualable que invita a la contemplación de la creación en su más alta expresión. Lo refrescante fue saber que la comunidad Paso Caballos está completamente consciente de proteger a toda la biodiversidad, pues han comprendido que conservando la belleza exótica atrae el turismo. Ellos saben que los cocodrilos vivos son valiosos, pues el turismo internacional literalmente muere por verlos.

Quizás lo que más me inyectó esta travesía fue paz espiritual. Y para quienes nunca han llegado, permítanme decirles que con unos cuantos días allí sanamos el alma, y reconfortamos el corazón; una terapia que no encontramos en ningún moderno spa.

vidamordepaz@yahoo.com

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