Revista D

También se escribe

En 1986, Rubén Estuardo Nájera Contreras dejó de ser espectador anónimo en las salas de teatro. Los directores comenzaron a fijarse en él cuando ganó los Juegos Florales Centroamericanos de Quetzaltenango, con la obra Silva o la conspiración, la primera de tres de ficción histórica con las que, durante la siguiente década, obtendría en dos ocasiones más el mismo reconocimiento con 1649 (1989) y Clitemnestra ha muerto (1991).

El dramaturgo guatemalteco Rubén Nájera reunirá sus obras posteriores a 1999 en El punto secreto, libro que se publicará durante este año.

El dramaturgo guatemalteco Rubén Nájera reunirá sus obras posteriores a 1999 en El punto secreto, libro que se publicará durante este año.

“Fue así como entré al medio. Seguramente soy el primero que escribió para teatro sin haber salido de él; es decir, sin ostentar méritos como actor ni director”, indica el dramaturgo. “El teatro también es texto”, resalta.

Ganar los Juegos Florales, dice Nájera Contreras, le permitió acercarse “al círculo de los sobrevivientes de la vieja escuela del teatro —gente como Luiz Tuchán, Xavier Pacheco y Alfredo Porras Smith—. Para ellos no era ajeno el estilo de mis textos, tenían suficiente cultura teatral para saber que no había nada de revolucionario en esa forma de hacer teatro”, añade.

Nájera planifica para antes de que finalice este año la publicación de El punto secreto, que reunirá su obra escrita para teatro de la última década. En 1996 presentó una primera compilación de textos, entre 1986 y ese año: WoO: Seis piezas dramáticas sin número de Opus.

Síntesis narrativa

“En mis primeras obras la Historia me sirvió de pretexto para distanciar el tema que puede ser el conflicto del poder o de género, así como el papel de la Iglesia y del Estado. Colocar estos elementos en un contexto histórico distinto al actual me parecía una broma muy intelectual”, explica Nájera Contreras.

Silva o la conspiración retoma la víspera del asesinato de Julio César y, explica Nájera, plantea el mismo argumento, pero ocurrido en la época de la Conquista. “En vez de romanos y bárbaros, hay habitantes precolombinos y españoles”, señala. En 1649, continúa el autor, hay “una sugerencia colonial, nada más para permitirse desarrollar una idea porque todo lo demás es ficción o anacronismo, en el mejor de los casos”.

“No voy a inventar nada, la mejor definición que hay de dramaturgia es la de Fernando Pessoa —poeta, escritor, crítico literario portugués (1888–1935)—: la forma más sintética de narrativa. Él plantea que el teatro no es un género independiente, simplemente uno más sintético. Descubrí al autor después de haber comenzado a escribir teatro y coincidimos en mucho. Para mí, la búsqueda de la escritura dramática es un intento de suprimir al máximo posible la descripción y permitir que los personajes construyan su propio espacio y ambiente”, indica.

Nájera comenta que El punto secreto reunirá sus obras “más evolucionadas”, las que poseen ese estilo que desde Historias para la hora del baño (1999) se aprecia. “Comienzo a sustraer el argumento para dejar la psicología y pequeñas trazas argumentativas que sirvan para apoyar una situación”, agrega.

Nuevas obras

El punto secreto incluirá dos obras inéditas: Las hermanastras y Romance del hombre nuevo. En la primera, las hermanastras de Cenicienta son dos ancianas que administran un prostíbulo frente al palacio donde ella vive, viuda. El príncipe murió víctima de sus infidelidades. El negocio de las hermanas “es una metáfora del altruismo por el amor extremo”, cuenta el dramaturgo.

El otro texto parte de un encuentro fortuito entre un exiliado político, un niño, un pintor loco que se hace pasar por sordo y el sirviente de este artista.

“Tengo un par de cosas más en el tintero”, comparte Nájera. “El secreto de Clara es una obra que reúne a dos compositoras occidentales, una representa a Europa y la otra al Nuevo Mundo. Concebí la historia en el 2001 y narra el encuentro de la alemana Clara Schumann (1819–1896) y la venezolana Teresa Carreño (1853–1917). La otra es algo más cercano, autobiográfico. Parte de mi experiencia en un hospital y se titula Sección BL4, la cama en la cual estuve internado. Es uno de esos textos terapéuticos que se escriben para liberarse de una obsesión”, dice el autor.

Además de dramaturgia, Nájera ha escrito poesía y relatos, varios de los cuales permanecen inéditos. Ganó en el 2009 el V Certamen Mesoamericano de Poesía, Luis Cardoza y Aragón, con Las aguas del olvido. Pero es el teatro la faceta que más ha desarrollado. Nájera es ingeniero, administrador y consultor, principalmente en políticas culturales, para la Secretaría de Integración Económica Centroamericana, la Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala —de la cual es socio fundador— y el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales.

Obras llevadas a escena

1649 (2008), La bella del bosque durmiente (2009), La cenicienta (2005), Los tres astronautas (2004), Crónicas de Hamlin (2005).

Historias para la hora del baño (2004), Quicab (2003), Cardenio (2002), Héroes ausentes (2001), El verdugo (1999), Sacra conversación (1995).

La gran noche del mundo (1994), Clitemnestra ha muerto (1993), El monje (1991), Cefalópodos (1990), Ixcalqueh (1989).

HA ESCRITO obras de teatro, teatro infantil y para coreografías. Han sido dirigidas, entre otros, por Guillermo Monsanto, Alfredo Porras Smith, Dick Smith, Luis Román, Lizette Mertins, Joam Solo, Luiz Tuchán y Xavier Pacheco.

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