Retos para El Salvador

Francisca Gómez Grijalva

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La llegada de un excomandante guerrillero a la presidencia, en un país dividido entre la extrema derecha y la extrema izquierda, constituye un enorme desafío para las élites políticas y económicas conservadoras de El Salvador. Y donde el partido Arena ha tenido mayor peso político, gobernó el país por cuatro periodos consecutivos (junio de 1989 a junio de 2009); pero no logró solucionar los principales problemas que han afectado a la mayoría de la población.

Este resultado también nos sitúa ante el reto de desmitificar los prejuicios del supuesto retorno de la amenaza comunista en este continente.

En pro del pueblo salvadoreño, el FMLN y Arena tendrán que buscar consensos dejando a un lado el peso de sus antagonismos ideológicos e intereses partidistas. Es fundamental que se sienten a dialogar con madurez política —discurso que enarbolaron en la campaña electoral— para encontrar soluciones y las estrategias idóneas a los problemas estructurales que aquejan a este país desde tiempos inmemoriales.

Actualmente cuatro de cada diez ciudadanas y ciudadanos apenas cuenta con los ingresos para la canasta básica. Este país centroamericano tiene una gran deuda económica, depende de las remesas, presenta altos niveles de inseguridad ciudadana que afecta sobremanera a las mujeres, niñez y juventudes. También en este país, como en la mayoría de países de la región mesoamericana existe un sistema político corrupto y una democracia sumamente frágil.

Por otro lado, el FMLN y Arena se deben al voto de las mujeres quienes se han quedado en El Salvador cuidando a familias enteras porque sus esposos, padres, hermanos y en muchos casos también hermanas, se han visto en la necesidad de emigrar a los Estados Unidos en búsqueda de empleo para sobrellevar la crisis económica.

Al respecto, a pesar de los aportes de las mujeres al desarrollo económico, social y político del país. Alarma los pocos espacios con que cuentan en las instituciones del Estado. Si bien existen avances en la institucionalidad de los derechos civiles y políticos de las mujeres salvadoreñas, es una realidad que hace falta mayores compromisos para promover y defender la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.

El recién electo presidente Salvador Sánchez Cerén, el vicepresidente Óscar Ortiz y el partido FMLN, tienen entre otros retos, no defraudar la confianza que las mujeres depositaron en ellos en la urnas. En suma, tienen el compromiso impostergable de crear las condiciones para devolverles espacios de participación efectiva en la vida política, económica y social.

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