Escenario

Libros sí, pero no cualquiera

Escritores y estudiosos de las letras reconocen que el sistema educativo no promueve en su totalidad la lectura en los jóvenes, pero afirman que es importante que este grupo de la población lea más literatura.

Según datos del Ministerio de Educación, tres de cada 10 jóvenes que se gradúan en el país alcanzan el resultado deseado en las pruebas de lectura.

Los expertos coinciden en que el secreto para mejorar la capacidad de comprensión en la lectura se encuentra, evidentemente, en disfrutar de buenos títulos.

“Cuando era estudiante las lecturas me inclinaron a contar historias que luego fueron a convertirse en cuentos y novelas”, indica el escritor guatemalteco Víctor Muñoz, quien ganó el Premio Nacional de Literatura el año pasado.

“Algunos títulos que recomiendan en la escuela terminan en desestimular la lectura en los jóvenes. Obras como María, de Jorge Isaacs, aunque puede llamar la atención, ya debería de dejarse y empezar a leer otros libros”, expresa María del Rosario Molina, académica y columnista de este matutino.

La magia de las novelas de Gabriel García Márquez, el misterio de Édgar Allan Poe o la complejidad poética de Juan Rulfo son solo algunos de los autores que se pueden empezar a explorar en la escuela, comentan los literatos.

“Los adolescentes pueden maravillarse con libros como Rayuela, de Julio Cortázar, o poemas de Octavio Paz, José Emilio Pacheco o Juan Gelman”, dice Gerardo Guinea Diez.

La complejidad de los títulos sugeridos siempre queda a discreción de los maestros, comentan los entrevistados.

Los nacionales

Los autores locales siempre deben tener un espacio en las lecturas de los adolescentes. “Augusto Monterroso y sus cuentos, junto a Miguel Ángel Asturias —Premio Nobel de Literatura del 1967—, con sus novelas, incentivan a conocer más del país”, agrega Guinea.

El Señor Presidente, Mulata de tal y Hombres de Maíz, de Asturias, son títulos obligatorios para los estudiantes guatemaltecos; así como La puerta del cielo, de Luis de Lión, o los cuentos de Mario Payeras pueden ser una opción para los profesores de literatura.

“Los libros de Virgilio Rodríguez Macal, entre ellos El mundo del Misterio Verde, Guayacán o La mansión del pájaro serpiente nunca pasarán de moda”, asegura Molina.

Maria del Rosario Molina

La académica reconoce que la lectura de escritores como José Milla y Vidaurre con La hija del adelantado y Memorias de un abogado  profundizarán en la historia nacional. “Es importante que los jóvenes conozcan sobre lo que ha sucedido en el país”, comenta.

Gerardo Guinea Diez

El Premio Nacional de Literatura recomienda autores de la talla de Juan Gelman. El novelista apuesta por los poetas y narradores  Juan Rulfo y su libro Pedro Páramo, Juan Carlos Onetti, con El Astillero, y Gabriel García Márquez, con El amor en los tiempos del cólera o Del amor y otros demonios.

Víctor Muñoz

El narrador  se inclina por los autores nacionales. “El hombre que parecía un caballo, de Rafael Arévalo Martínez; El señor presidente, de Miguel Ángel Asturias, y La oveja negra, de Augusto Monterroso, son las lecturas para conocer cómo nos entendemos los guatemaltecos”, asegura Muñoz,  Premio Nacional de Literatura 2013.

Raúl de la Horra

Este escritor no duda en recomendar textos de Alejandro Dumas y Herman Hesse. “Aunque en la adolescencia puede ser una buena edad para introducirse en la buena poesía. Los poemas de Jaime Sabines son sencillos, directos y seguro gustarán a los nuevos lectores”, afirma.

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