Mantener o no a los mellizos y gemelos en la misma clase debería decidirse según las necesidades familiares y junto con docentes, padres y los niños, concluyó el equipo de Tinca Polderman, de la Universidad VU de Amsterdam.

El equipo estudió a 839 pares de gemelos y a mil 164 pares de mellizos de entre los 3 y los 12 años de edad. El 72 por ciento había compartido el aula, el 19 por ciento estaba en clases paralelas —misma escuela, pero distintos salones— y el 9 por ciento había compartido el aula.

El 16 por ciento de los participantes había pasado de un aula compartida a paralela —o viceversa— en algún momento de la escuela primaria.

Tras considerar el nivel socioeconómico —los mellizos de familias más pobres tendían a compartir aula— y la demostración de problemas, como conducta agresiva —esos hermanos tendían a estar separados—, el equipo observó que compartir el aula no tenía efecto alguno en un test estandarizado que se les administró a niños de 12 años. El equipo desconoce si compartir el aula afecta el desarrollo social de los hermanos mellizos, pero agrega que no existe motivo para separarlos en la escuela primaria por posibles complicaciones académicas.

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