Salud y Familia
¿Qué es el envejecimiento digital y por qué la exposición a pantallas lo adelanta?
La exposición constante a la luz azul emitida por dispositivos electrónicos preocupa a dermatólogos, quienes advierten que este tipo de radiación acelera el envejecimiento cutáneo.
Existen algunas formas de frenarlo, como utilizar gafas especiales o llevar protección solar. (Foto Prensa Libre: Freepik)
Alejarse de las pantallas resulta difícil, sobre todo para quienes trabajan frente a una computadora. Sin embargo, este hábito podría comprometer la salud de la piel, ya que la luz azul puede provocar efectos negativos con el paso del tiempo.
La expansión del uso de la tecnología ha dado lugar a conceptos como envejecimiento digital, un fenómeno en aumento. Regina Pallás, farmacéutica y directora de I+D+i de HD Cosmetic Efficiency, explicó a la agencia EFE que este impacto emergente debe abordarse como una prioridad de investigación.
La dermatóloga Susana Pérez advierte en su sitio web que la luz azul —emitida por pantallas de dispositivos electrónicos— tiene capacidad para penetrar profundamente en la piel, incluso hasta la dermis. Esa exposición puede causar daños a largo plazo, como envejecimiento prematuro, pigmentación irregular y pérdida de elasticidad.
Pallás coincide en que la luz visible de alta energía (HEV, por sus siglas en inglés) provoca alteraciones cutáneas y es responsable del envejecimiento prematuro. Según el portal Aravaca Medicina Estética, esta radiación produce mayor oxidación intracelular, lo que acelera el desgaste celular.
Más penetrante que la radiación UVB
Pallás subraya que la radiación HEV supera en penetración a la UVB y desencadena una cadena de efectos nocivos: estrés oxidativo, inflamación y daño a fibras clave como el colágeno y la elastina. Las consecuencias se manifiestan en manchas, fatiga cutánea y pérdida de luminosidad.
Aunque el fenómeno comenzó a estudiarse hace algunos años, la experta identifica un punto de inflexión: “Desde el 2017–2018 y, especialmente, tras la pandemia, se ha convertido en un fenómeno claramente identificado en dermatología e investigación cosmética”.
Durante el confinamiento, las jornadas frente a pantallas se intensificaron, lo que aceleró el reconocimiento científico del daño que provoca la luz azul, ahora equiparado al de la radiación UV tradicional.
No hay edad: importa el tiempo de exposición
Este proceso no depende de una edad específica. Lo determinante es la cantidad de horas frente a pantallas. Según Pallás, los primeros signos pueden observarse entre los 20 y 25 años, sobre todo en pieles con tendencia a la deshidratación o pigmentación. Las generaciones expuestas desde la adolescencia son las primeras en experimentar este tipo de envejecimiento digital.

Síntomas y prevención
Detectar el daño requiere observar cambios tras jornadas frente a pantallas: tono apagado, resequedad persistente, manchas o signos de fatiga. Estos efectos responden al estrés oxidativo que altera la función barrera, favorece la inflamación y reduce la energía celular.
Pallás destaca que la prevención es clave y recomienda una estrategia integral: reducir la exposición cuando sea posible, activar filtros específicos en los dispositivos y hacer pausas visuales frecuentes.
A ello se suma una medida esencial: usar antioxidantes y fotoprotectores que protejan no solo frente a la radiación UV, sino también contra la luz visible y la HEV. El objetivo es frenar los radicales libres, reforzar las defensas de la piel y prevenir el daño oxidativo.
Consejos para una rutina diaria efectiva
- Entre las acciones que pueden incorporarse a la rutina destacan:
- Usar gafas con filtro para luz azul
- Regular el brillo de las pantallas
- Mejorar la iluminación del entorno de trabajo
- Mantener una dieta rica en antioxidantes
En el ámbito cosmético, Pallás recomienda fórmulas que incluyan protección frente a la luz azul, antioxidantes de amplio espectro y activos hidratantes que fortalezcan la barrera cutánea.
Una tendencia que llegó para quedarse
El envejecimiento digital resume los efectos de un estilo de vida conectado en el que la piel nunca descansa del contacto con pantallas. Su identificación temprana, la prevención y la innovación cosmética son claves para enfrentar un fenómeno que avanza al ritmo de la tecnología.
De cara al futuro, Pallás advierte que la exposición digital será tan relevante como la solar: “El impacto de la luz HEV y del estilo de vida tecnológico será comparable al de la radiación UV en las próximas décadas”.
Por ello, la protección frente a la luz azul se perfila como parte esencial del cuidado diario, al igual que la fotoprotección solar.
Leer más: Protector solar: ¿protege o causa cáncer en la piel? Esto opinan los expertos

