Vida

Horrores idiomáticos y algo más: Las palabras con doble entrada (II)

Por María del Rosario Molina

En mi columna anterior me refería a varias palabras con doble entrada, por ortografía o morfología, y ahora hablo de las que tienen diferente etimología.

De acuerdo con su origen, ciertos términos tienen distintas entradas aunque se escriban igual. Los que tienen la misma etimología incluyen varias acepciones dentro de un mismo artículo, por ejemplo el verbo tomar, que tiene treinta y nueve, más otras que incluyen ?toma?, como conjugación verbal. Sería imposible mencionar aquí todos los significados de dicho verbo, pero si usted, lectora o lector amigo, tiene paciencia, búsquelos en el diccionario.

De dos entradas distintas, por su etimología, puedo mencionar ?asolar?. El primer artículo (del latín ?assolare?, derribar) se refiere a: Destruir, arruinar, arrasar…?. Figura en la misma entrada como vocablo de La Mancha y de Argentina: ?Dicho de un líquido, posarse?. Ese verbo es irregular en las tres personas del singular y la tercera del plural en el tiempo presente de los modos indicativo y subjuntivo: ?…roba, incendia, asuela, y mata/ y es más bárbaro pirata/ que los vencidos por él…” (de Gaspar Núñez de Arce, uno de los grandes poetas españoles del siglo XIX).

Respecto de la segunda entrada, se trata de un verbo que viene de sol (del español), significa: ?Dicho del calor, de una sequía, etc.: Secar los campos y echar a perder sus frutos? y es regular: La sequía asola (seca o agosta) los campos.

Constantemente se confunden ambos verbos y hay quien dice mal: ?los huracanes asolan las costas del Caribe? y ?la falta de lluvias asuela nuestras tierras?.

Algo parecido sucede con apostar, que en su primera entrada (del latín ?appositum?) es convenir que el que tenga la razón gana (dinero, privilegios, etc.), y también comprometer algo en los juegos de azar, sea dinero, propiedades e incluso, en tiempos que por buena fortuna quedaron atrás, mujeres y esclavos. La segunda entrada, del italiano ?posta?, se refiere a colocar gente o caballería en algún lugar.

Por extensión, aquí se dice de situar cosas como tanques (de artillería), cañones, y demás artefactos de guerra, en un punto determinado.

Rato, en su primera entrada (del latín ?ratus?, confirmado) es el matrimonio legítimo que aún no se ha consumado: matrimonio rato. En la segunda (del latín ?raptus?, arrebatado) se refiere a un espacio de tiempo, especialmente cuando es corto, aunque se usa coloquialmente para un lapso mayor:

?La esperó durante un largo rato?. En la tercera (del español rata), rato es en primera acepción, ratón, y en segunda, el macho de la rata. Hay un refrán que reza: ?Lo que haz de darlo al rato, dáselo al gato?, lo que significa, según el DRAE de 1920, el último que incluyó refranes, que no hay que gastar inútilmente ?ni exponerse al desperdicio ni al hurto?.

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