HOMO ECONOMICUS¿Nuevo acuerdo con el FMI?

JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

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A principios de este año el gobierno celebró la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional – FMI. El acuerdo establece ciertas metas en materia de gasto público y endeudamiento externo, entre otras. Aunque el FMI no califica de esa manera, es usual decir que un acuerdo con el FMI es el equivalente de un ?certificado de buena conducta económica?. Por ello es que el gobierno se apresuró a presumir nacional e internacionalmente de la firma de dicho acuerdo. Pero ¿qué tanto vale la pena presumir de un acuerdo con el fondo? Un acuerdo con el FMI es algo parecido a que los hijos firmen un documento con sus padres prometiendo que se portarán bien.

No tiene nada de extraordinario sino que más bien refleja una obligación que todo niño tiene. El problema es que hay niños que se comportan de manera irresponsable y por ello, tal vez sea necesario formalizar un compromiso con ellos. Pero, si los niños (es decir los gobernantes) son irresponsables, firmar un acuerdo con ellos no garantiza que actuarán de manera responsable. Solamente garantiza que sabremos cuando se porten mal porque, presumiblemente, el acuerdo se habrá roto.

El otro problema es que el padre del niño (el FMI) no es precisamente un padre modelo. Generalmente anda alcahueteando sus travesuras y termina financiando sus irresponsabilidades. Frente a ese panorama un acuerdo entre papás y patojos irresponsables no luce como algo que tengamos que celebrar. No obstante, ya comienzan a haber rumores sobre la posible renovación o no renovación de este convenio programado a vencer a finales del primer trimestre del 2003.

La principal amenaza a la renovación del acuerdo con el FMI es el gran déficit fiscal que el gobierno proyecta en el 2003 financiado con la emisión de US$700 millones de deuda externa. Un déficit tan alto no le gusta al FMI y pone en peligro la potencial firma del acuerdo. El gobierno tendrá que elegir entre firmarlo o gastar a manos llenas en el año electoral. Mi opinión es que elegirán gastar ya que los funcionarios del FRG serán fieles al partido y no a los intereses de la nación. La reelección será, a toda costa, el objetivo a alcanzar. Si un acuerdo con el FMI se pone en el camino pues no se firmará; punto.

Habrá que ver cuál será la actitud del FMI. Su reciente visita habrá sentado el tono de las próximas ?negociaciones?. Aparentemente no es uno favorable a los planes del gobierno. Sin embargo, el FMI tampoco gana mucho ni pierde mucho con la firma o no de un acuerdo. La economía guatemalteca, después de todo, no significa nada en la economía global. No es como firmar un acuerdo con Brasil, por ejemplo. Estando así las cosas, parece que estamos perdiendo el tiempo fijándonos en un acuerdo al cual los potenciales firmantes no le ponen mucha atención.

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