SI ME PERMITE

Cultivamos la vocación antes que una ocupación

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“La mayor valía de un hombre es haber nacido con vocación hacia un estado cuyo logro colme su dicha”. Emerson

Lo más normal en estos días como personas responsables es buscar un trabajo para poder costear los gastos personales que uno tiene y ayudar también a los nuestros, igual escoger una carrera para luego en la vida poder generar ingresos en el mañana. Pero qué tal si nos detenemos por un simple momento y nos preguntamos si lo que estoy buscando para generar ingresos tiene alguna afinidad con mi vocación o es simplemente una ocupación.

' Cuanto antes sepamos cuál es nuestra vocación podremos planificar una vida mucho más productiva.

Samuel Berberián

No hay ninguna duda de que buscar una ocupación es mucho más simple que el tomarse el tiempo necesario para analizar y averiguar cuál es mi vocación y a qué quisiera dedicarme el resto de mi vida. Porque si estoy ocupado, la fatiga y el cansancio es mucho más marcado y desgastante al final de cada día que cuando ocupo mi tiempo en algo que es mi vocación, porque no importa el tiempo que le estoy dedicando, eso es lo mío y me siento identificado con lo que hago.

Claro está que debemos indagar si hemos sido orientados en esta vida para averiguar cuál es nuestra vocación, para luego buscar los medios necesarios para aprender todo lo que tiene que ver con esa vocación, para que un día podamos desempeñarlo, no simplemente como algo que sabemos hacer, sino porque es lo mejor que sabemos hacer, y por el tiempo que le hemos dedicado para mejorarlo lleguemos a ser expertos en lo que es nuestra vocación.

Cuando como niños hemos sido orientados en la diversidad de cosas que se pueden hacer en la vida y hemos sido enseñados para saber escoger, con el agregado de que se nos ha ayudado y se nos ha acompañado en todo el proceso, el logro es indescriptible y de lo más gratificante. Pero debemos aceptar que nunca es tarde para hacer un alto en el camino y descubrir nuestra vocación y comenzar a cultivarla.

Si sabemos buscar la ayuda apropiada y las personas más solidarias para el proceso seremos más que exitosos, pero si por el contrario somos desanimados por lo que queremos alcanzar no debemos ignorar ese anhelo de cultivar nuestra vocación, lo mejor que podemos es buscar la máxima información y asimilarla para que en el momento que se nos presente una oportunidad estemos preparados para embarcarnos y navegar con determinación hasta poder desempeñarnos en la vocación que aspiramos tener.

Muchos de los que nos rodean están ocupados en lo que más próximo ha estado para poder lograr el ingreso necesario del diario vivir, pero tienen capacidades e inclinaciones para hacer otras cosas con mayor gratificación y mucha más capacidad natural. El conformarse y quedarse en lo que está uno es lo peor, lo ideal es no perder de vista dónde queremos llegar un día en esta vida, y en la excelencia que aplicamos en lo que estamos haciendo se nos puede abrir la oportunidad para incursionar en lo que en verdad es nuestra vocación.

Cuando convivamos con aquellos que teniendo una vocación no la estén ejerciendo nosotros podemos llegar a ser los facilitadores de los medios que un día podrán permitir a alguien desempeñar su vocación, porque nosotros hicimos nuestra parte para que el logro se cristalizara. Sin lugar a duda será como despertar a una nueva vida productiva y gratificante.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.