CRITERIO URBANO
¿Cómo recuperar la competitividad turística?
Las actividades económicas más afectadas por los efectos del covid-19, sin lugar a duda, son aquellas relacionadas al turismo y viajes. Según la OMT, el turismo le costó al mundo alrededor de US$460 mil millones, debido a que la cifra de turistas internacionales cayó un 65% en la primera mitad del año. No obstante, se estima que el 53% de los destinos han abierto operaciones y se están ya tomando acciones para la reapertura completa, con las debidas restricciones de seguridad e higiene.
En Guatemala, con el reinicio de operaciones del aeropuerto internacional, se espera que en los próximos meses más personas comiencen a viajar, en la medida también en que los países vayan cambiando sus restricciones de viaje. Para retomar los niveles de turismo que el país tenía a finales del 2019, probablemente pasarán por lo menos dos años. Por ello es tan importante que nos enfoquemos en estos momentos en preparar al país para mejorar su competitividad turística.
Cada dos años, el Foro Económico Mundial (WEF) publica el Índice de Competitividad de Turismo y Viajes. En la edición 2019, los países más competitivos en turismo y viajes son: España, Francia y Alemania. En América Latina llaman la atención México (19 de 140 países), Brasil (32) y Costa Rica (42).
' Mayor enfoque hacia capital humano, infraestructura y sostenibilidad ambiental.
Juan Carlos Zapata
En el informe, el WEF destaca que nuestro país posee una evaluación de 3.4 puntos sobre 7, y se encuentra en la posición 99 de 140 países, habiendo perdido 19 posiciones en competitividad turística en tan solo cinco años. De los 14 pilares que evalúa el Índice, estamos bastante bien en los temas relacionados con competitividad de precios, apertura internacional y recursos naturales. Sin embargo, donde el país tiene grandes oportunidades de seguir avanzando es en los pilares relacionados con el capital humano, infraestructura (tanto vial como aeroportuaria) y sostenibilidad ambiental.
En el tema de seguridad, Guatemala debe seguir trabajando, pero es uno de los pilares donde más se ha avanzado en los últimos años, a diferencia de aspectos como el capital humano o infraestructura, donde cada año estamos peor. La pandemia del covid-19 tendrá un impacto muy dañino en la educación y la formación técnica, especialmente en la educación pública, que no estaba preparada para los desafíos de una enseñanza en línea.
En el caso de la infraestructura vial, con cada lluvia y sin un modelo diferente nuestras principales carreteras y calles siguen deteriorándose, lo cual hace urgente que el Congreso apruebe la iniciativa 5431, ley general de infraestructura vial, que pudiera darle un salto cuántico al turismo, al acercar a una gran cantidad de destinos y hacer más viable transitar por el país. En cuanto a la infraestructura aérea, está claro que debe ser una prioridad el poder invertir en más aeropuertos internacionales y fomentar más convenios con líneas aéreas para que comiencen a volar hacia nuestro país.
Por último, tenemos que enfocarnos en modelos más pragmáticos que permitan la sostenibilidad ambiental. Por ejemplo, el tener concesiones forestales en ciertas partes del país ha ayudado a proteger la cobertura boscosa, a diferencia de aquellas áreas donde el Gobierno no cuenta con los recursos ni los mecanismos para proteger la tala ilegal de árboles.
Otro factor clave que mencioné en mi última columna es la movilidad. Necesitamos municipios donde moverse a través de ellos tome menos de 15 minutos y áreas metropolitanas donde el desplazamiento no sea más de 30 minutos, lo cual implica repensar nuestros sistemas de transporte público.