Ciudades

Bibliotecas innovan para promover una lectura amena y divertida

Gracias a la implementación de innovadores proyectos de lectura y de desarrollo comunitario, las bibliotecas comunitarias han cambiado la percepción que algunos lugareños     tenían de que son lugares aburridos, exclusivos para desarrollar investigaciones.

En el cantón La Unión, Parramos, Chimaltenango, funciona la biblioteca número 12. (Foto Prensa Libre: Cortesía Fundación Riecken)

En el cantón La Unión, Parramos, Chimaltenango, funciona la biblioteca número 12. (Foto Prensa Libre: Cortesía Fundación Riecken)

Desde hace 17 años la     Fundación Riecken, en coordinación con líderes y  autoridades municipales, ha promovido la creación de 12 bibliotecas, en nueve departamentos, entre ellos, Quetzaltenango, Sololá, San Marcos y Chimaltenango.

Francisco Alcaide, director de la fundación, indicó que en Guatemala trabajan desde el 2000, cuando se implementó el proyecto  de bibliotecas comunitarias para contribuir a reducir la brecha digital y facilitar el desarrollo comunitario.

“Trabajamos en equipo. Los líderes asumen la responsabilidad de velar por el buen funcionamiento de la biblioteca, la comuna del  pago de salarios y costos de operación y la fundación   capacita a los encargados, provee el 80% del costo de la construcción, mobiliario y equipo”, expresó.

Alcaide añadió que el proyecto ha tenido buena aceptación gracias a los innovadores programas educativos y de desarrollo sostenible que se ejecutan en base a las necesidades de cada comunidad.

En el caso de las bibliotecas Nuevo Amanecer en Cabricán; Fuente de Sabiduría, en San Carlos Sija,  y Mi Nuevo Mundo, en Huitán, Quetzaltenango, se organizan actividades para     preservar las tradiciones y el idioma materno, entre ellas exposición de murales, creación literaria y redacción de libros de historia de las comunidades, los cuales son escritos por jóvenes voluntarios. 

“No somos una biblioteca tradicional en la que los visitantes guardan silencio y solo pueden sentarse a leer. Somos innovadores, trabajamos con cuentos, películas, clubes de lectura y capacitaciones  para mujeres sobre autoestima y manualidades. Además de prestar libros y servicio de internet”, dijo Idalma Soto, bibliotecaria de Mi Nuevo Mundo, en Huitán.

Dilma Mejía, de la biblioteca Fuente de Sabiduría, en San Carlos Sija, indicó que cada mes decoran el lugar con exposiciones temáticas. Este mes se enfocaron en el Día del Libro, con el título: Los libros me enseñaron a pensar y el pensamiento me hizo libre.

“Elegimos este lema porque creemos que los libros están cambiando a los niños, pues hemos experimentado que quienes leen   son más despiertos, opinan y cuestionan”, dijo. 

Entusiasmo

Los encargados de las  bibliotecas en San Juan La Laguna y San Pedro La Laguna, Sololá, aseguran que el entusiasmo que los menores muestran al tomar los  libros,  que les abren un mundo de conocimiento, son muestra del éxito que han tenido estos espacios. 

Lucas Méndez, encargado de la biblioteca en San Pedro La Laguna, señaló  que por ser un proyecto avalado por la comunidad, la mayoría de los pobladores contribuye a mantenerla en buenas condiciones y a aportar ideas de proyectos innovadores.

Julieta Pineda, maestra de Parramos, Chimaltenango, comentó que los miles de libros, murales  y diferentes actividades educativas que promueve la biblioteca comunitaria     atraen a toda la población y  representan una oportunidad de desarrollo para los estudiantes que carecen de recursos para adquirir sus libros o para desarrollar investigaciones.

Otros espacios

Algunas comunidades de Guatemala, Sacatepéquez, San Marcos y Huehuetenango cuentan con espacios para la lectura gracias a la iniciativa de los líderes que han buscado apoyo de otras instituciones.

“Necesitamos apoyo para poder mejorar el servicio que ofrecemos en nuestras bibliotecas”.

La biblioteca Rodrigo Asturias de El Obrajuelo, Villa Canales, Guatemala, es una de las nueve fundadas en todo el país por la Red de Bibliotecas Comunitarias en base al voluntariado, autogestión comunitaria y donaciones.

“Desde que la biblioteca fue inaugurada, los niños de esta comunidad han sabido aprovechar los servicios que ofrecemos, pero  necesitamos de apoyo para mejorarlos”, dijo Emilia Pérez, lideresa de la Asociación de Mujeres El Obrajuelo.

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Agregó: “Cada día nos esforzamos por incentivar a los niños para que no dejen de visitar este lugar, pero necesitamos ofrecerles el uso de computadoras e internet”.

En Concepción Tutuapa,  San Marcos, fue fundada la biblioteca comunal promovida por el Centro Cultural   de la localidad, la cual ofrece préstamo externo de libros, servicio de internet, visitas a centros educativos y cursos de pintura, dibujo e instrumentos musicales.   

En Huehuetenango, un grupo de jóvenes de la aldea Chancol, Chiantla, en coordinación con los propietarios de la Posada Rural Unicornio Azul y otras organizaciones, crearon la biblioteca rural Chancol, cuyos libros han sido producto de donaciones.

La biblioteca Francisco   Fuentes y Guzmán fue fundada en 1920 en Antigua Guatemala, Sacatepéquez, por la Biblioteca Nacional. Ofrece proyección de documentales, además de actividades culturales como el festival de rondas.     

Con información de M. Longo, M. Castillo, R. Melgar y W. Barrera.

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