Vecinos lo persiguieron y alcanzaron en una de las salidas del municipio, pero al verse copado escapó.
Los enardecidos pobladores pretendían linchar al presunto responsable del accidente, le prendieron fuego al vehículo e impedían que las autoridades y socorristas llegaran al lugar.
Un autopatrulla de la Policía Nacional Civil (PNC) se mantuvo a una distancia prudencial para no aumentar el problema.
En El Estor no hay subestación de la PNC desde el 22 de noviembre del 2015, cuando un grupo de vecinos destruyó dos autopatrullas, pues había descontento por el resultado de un encuentro deportivo en el estado local.
Según las autoridades, se sabe que el piloto del taxi que causó el accidente conducía en estado de ebriedad, y los heridos se recuperan en un centro asistencial de la localidad.
“La Policía Municipal de Tránsito debe supervisar a los taxistas; no es posible que anden manejando en estado de ebriedad, una tragedia mayo puede suceder; algunos ni licencias portan”, manifestó la vecina Claudia Quiñónez.
“Es lamentable que un pequeño grupo de personas cause disturbios y le robe la paz al municipio; es importante que de nuevo haya una estación de la PNC con suficientes agentes para que mantenga el orden y seguridad”, expresó Rodrigo Mejía, otro vecino.
