“La idea de venir a dar clases en la cárcel surgió al ver la necesidad de educación en las personas privadas de libertad, pues muchos no sabían leer ni escribir. Estaban abandonados y los hacían de menos; me armé de valor y trabajé en el proyecto educativo, y gracias a los deseos de superación de ellos logramos llegar a esta clausura”, indicó.
“No recibí apoyo de nadie, y he sacado adelante este programa con mis propios recursos; las autoridades gubernamentales nos utilizaron en el momento que para estas fue oportuno, pues nos ofrecieron ayuda, pero nunca se concretó”, aseguró Barrera.
Entre los planes de Barrera para el próximo ciclo escolar se destaca la necesidad de conseguir becas de estudio para los reclusos y la implementación de la carrera de Bachillerato en Ciencias y Letras, para lo cual hizo un llamado de apoyo a las autoridades de Educación.
Omar Federico Argueta Pérez, encargado del sector cuatro de la cárcel, y abanderado de su grado, dijo sentirse orgulloso de haber obtenido su certificado del segundo grado del ciclo básico. “Yo no creía que algún día podría estudiar, y ahora me siento muy orgulloso, al igual que mis compañeros porque obtuvimos estos certificados de estudio”, puntualizó.