Específicamente en el casco urbano de Tacaná fueron nueve viviendas las que sufrieron daños en su estructura. La mayoría son de adobe y pocas de concreto.

La Casa e Iglesia Parroquial son algunas de las estructuras que más daño reflejan. El padre Angelo Espósito expresó que por un momento pensó que iba a morir porque “la sacudida fue muy fuerte”.

Por el momento las autoridades municipales habilitaron como albergue el Instituto de Educación Básica de Tacaná para recibir a las personas que fueron afectadas por el terremoto.

Testimonios

Luis López vive en la aldea la Esperancita, cerca de la frontera con México, y es uno de los damnificados por el terremoto.

El vecino expresó que no sabía para dónde correr cuando sucedió el sismo y las pertenencias quedaron dentro del hogar, por lo que fue hasta el amanecer fue que él y su familia lograron recuperar algunos artículos.

López entre sollozos expresó que se quedó sin nada, su vivienda está destruída y su esposa sufrió crisis nerviosa. Mientras hablaba con Prensa Libre, sus dos hijas pequeñas jugaban entre los escombros.

Las familias improvisaron planchas con leña en el exterior de sus hogares para poder ingerir los alimentos con lo poco que lograron recuperar.

Así como la familia de López, otras más no tendrán dónde dormir a partir de esta noche.

Henry de León, también vecino de la Aldea la Esperancita, hizo un llamado al presidente Jimmy Morales para que llegue a ver las pérdidas y pueda ayudar a las familias damnificadas por el fuerte sismo.

Durante la mañana hubo varias réplicas y los vecinos de Tacaná manifiestan que para ellos este terromoto incluso fue más fuerte que el de 1976.