Vega agregó que el proceso de transformación de los desechos se inicia con los trazos del diseño, luego se corta el material para darles la forma según lo diseñado y se pintan; con ello se da vida a un nuevo y mejorado producto de calidad que puede servir para decorar salas, pasillos, jardines y otros ambientes de hogares, hoteles y restaurantes, entre otros ambientes.

Dina Esperanza Hernández, coordinadora de uno de los grupos de estudiantes, explicó que también utilizaron como materia prima cáscaras de limón y naranja para elaborar aretes, pulseras, gargantillas y otros artículos para la mujer.

La cáscara se pone a secar en un sistema que permite maniobrarla y así darle la forma según el diseño, y luego se decora y aplica barniz, detalló Hernández.

Los universitarios coincidieron en que la idea del proyecto es socializar la importancia de reciclar por medio de actividades que favorecen el ingreso extra de recursos, para ayudarse con los gastos de la casa, y con ello preservar la vida de los ecosistemas del planeta.

Leonardo Itzep, catedrático universitario y coordinador del proyecto, dijo que la feria se llevó a cabo después de que los estudiantes analizaron los diversos procesos de los materiales que a diario son utilizados, o que salen al mercado con un tiempo de vida útil y que al final van a parar a los basureros, ríos, lagos y mares, lo cual afecta la biodiversidad.