Deporte Nacional

Jiatz: “Siempre lo he dicho, sin Dios no soy nada”

Aún con las gotas de sudor sobre su frente y casi sin aliento, el chimalteco Nervin Jiatz agradeció a Dios por darle la oportunidad de festejar en casa y darle las fuerzas para cerrar con éxito la cuarta etapa de edición 55 de la Vuelta a Guatemala.

Nervin Jiatz durante su recorrido en la cuarta etapa de la Vuelta a Guatemala. (Foto Prensa Libre: Norvin Mendoza)

Nervin Jiatz durante su recorrido en la cuarta etapa de la Vuelta a Guatemala. (Foto Prensa Libre: Norvin Mendoza)

Una mezcla de alegría, nostalgia y orgullo, Jiatz ingresó en solitario a la meta en frente de la Alcaldía Auxiliar de la Aldea El Camán, donde fue recibido con una gran fiesta en medio de confetis y al ritmo de marimba.

Para Norvin Jiatz el ganar esta etapa tiene mucho significado, pues admite que aunque su año no había sido el esperado por no poder defender su título de campeón Nacional de ruta y además de otras  dificultades que tuvo que sortear con su equipo. –Nino Sport – Publi Led-, pero sabía que Dios le permitiría alcanzar un triunfo en grande.

“Nunca pensé que hoy dominaría la etapa, en el 2014 gané la etapa entre Chiquimula y Sanarate y tenía el objetivo de ganarla de nuevo, pero un pinchazo me hizo quedarme muy lejos y no alcanzar la meta. Hoy nunca pensé en ganar la etapa, solo tenía en la mente que tenía que salir con coraje y dar todo de mí y así fue como logré ganar la etapa”, expreso el ciclista nacional.

Jiatz agradeció a su familia, a su equipo y entrenadores y especialmente el apoyo de todas las personas que esperaron su llegada y que en cada tramo de la carretera salían a su encuentro para darle ánimos de seguir adelante, algo que le inyectó más energía para ingresar a la meta.

“Mi familia nunca me ha dejado solo, es la que me impulsa a salir adelante en cada entreno, en cada competencia y antes de salir a la vuelta me dijeron, que esperaban que pudiera dar otra alegría a Guatemala al ganar nuevamente una etapa”, expresó entre lágrimas el guerrero del asfalto.

“Ayer en la tarde me sentía muy decepcionado por mi resultado en la tercera etapa, solo quería llorar porque quería estar dentro del top 10 de los guatemaltecos, pero Dios sabía lo que me tenía preparado, Él fue el que me dio la fuerza para ganar esta etapa”.

Fue su entrenador y compañeros de equipo los instrumentos que utilizó Dios para levantarle el ánimo afirma, pues ellos le dijeron que aún faltaba mucho por recorrer y que su momento vendría muy pronto, lo que hizo cambiar de mentalidad y salir motivado desde los primeros kilómetros de competencia, además de reconocer que la subida era su mayor fuerte.

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