Eso sí, el también medallista de plata en Atenas 2004 pregona determinación al referir la fórmula que debe usar el orgullo de Chiyuc, San Cristóbal Verapaz, Alta Verapaz, para obtener su mejor versión.
“Tiene que comenzar a trabajar desde cero para intentar sobresalir”, agrega quien inició a marchar desde los 10 años por seguir los pasos de su ídolo Manuel Alcalde, marchista olímpico.
Francisco Fernández, entrenador de Barrondo
“El aspecto fundamental que trabajaremos es su técnica, y la puede mejorar porque él es un atleta joven. Hay que construir unos cimientos fuertes para que el castillo no se venga abajo. Llevará tiempo y no será de la noche a la mañana, o con una varita mágica. Será la base para que pueda cosechar más éxitos”, indica el tres veces subcampeón del mundo —2003, 2005 y 2007—.
Sentado en una de las bancas que adornan la Avenida de Las Américas, de la zona 13, Fernández no se guarda nada y comenta que a Barrondo le caerá bien ejercitarse en España.
“Tiene que salir de aquí y meterse en una burbuja lejana para entrenar. Acá tiene mucha presión por lo que representa para la sociedad guatemalteca. Le va a beneficiar estar afuera”, explica.
El nacido en Guadix, Granada, asegura que Érick Bernabé, junto a su esposa Mirna Ortiz, tendrá un grupo de profesionales a su servicio.
“Tendrá un psicólogo, un ayudante técnico y un fisioterapista. Además compartirá con más atletas españoles e irlandeses, entre ellos Robert Heffernan, medallista de bronce en Londres 2012 y campeón del mundo en Moscú 2013”, dijo.
Participó en tres Juegos Olímpicos —Sídney 2000, Atenas 2004 y Pekín 2008—.
1h17m22s fue el mejor tiempo de Paquillo en los 20 kilómetros.
Fue campeón de España en dos períodos, de 1998 a 2004 y de 2007 a 2011.
Un reto que da gusto
La excesiva sed triunfal que posee el puesto 50 en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y ser un ícono de la marcha latinoamericana fueron suficientes motivos para que Fernández asuma con gusto la dirección técnica del sobresaliente guatemalteco.
“Érick es importante para cualquier entrenador; es un medallista olímpico. Si fuese un técnico que no ha conseguido títulos sería de más valor. Por suerte tengo a un atleta que es bronce olímpico y campeón del mundo; pero eso no deja que tenga una satisfacción personal, por lo que Barrondo representa para la sociedad guatemalteca. Además tiene unas enormes ganas de que todo el mundo se fije en él”, agrega mientras una sirena de ambulancia interrumpe la amena conversación.
Fernández, quien estuvo en tres Juegos Olímpicos, expone que espera ser el mejor molde para que el atleta de 25 años pula sus gestos técnicos.
“Mi técnica era muy buena. En mi vida deportiva fui descalificado solo en tres ocasiones. Nunca tuve ese problema. Era una garantía para competir. Yo aún marcho y le dijo a Érick que se fije en mí para que mejore; eso sí, no puede ser una calcomanía mía”, confiesa el entrenador, quien aún no se anima a pronosticar si Érick conquistará una nueva presea olímpica.
