El equipo del Principado, que jugó el domingo un partido muy duro contra el líder de la Ligue 1, Lyon, se mostró muy cansado y el Bastia fue de menos a más en todo el partido, aunque sin materializar ninguna ocasión en gol.
Tras los 120 minutos del partido y la prórroga se llegó a los penales y, como suele ser habitual, el dramatismo invadió el estadio Louis II de Mónaco y el arquero Alphonse Areola se convirtió en el héroe de su equipo.
El portero desvió lo justo el lanzamiento del portugués Joao Moutinho para que el balón impactase en el poste. En caso de haber marcado, el finalista hubiese sido el Mónaco.
Squillaci completó el pase engañando a holandés Marten Stekelenburg.
La final si disputará en el Stade de France el próximo 11 de abril.