El gol de Mario Gotze en la prórroga hizo que los brasileños estallaran en júbilo en los fan fest de la FIFA o en bares del país. En la playa de Copacabana, bailaban y cantaban frente a una marea albiceleste que quedó en silencio.
“Gracias a Dios, gracias a Dios que ha ganado Alemania. Menos mal” , dice a la AFP el brasileño Caio Ferraz, de 45 años, mirando el cielo estrellado y rezando en la playa más famosa del mundo.
“Si ganaban, se iban a burlar de nosotros durante años” , señala este carioca que viste la camiseta de su club Flamengo, a franjas rojas y negras, similar a la de Alemania cuando dio la histórica paliza a Brasil.