Fútbol Internacional

“Ciao Paolo”: el adiós a Rossi, héroe italiano del Mundial-1982

Sus compañeros de viaje en la Copa del Mundo de España cargaron con el ataúd de 'Pablito', indisociable del título de 1982, en la plaza de la catedral de Vicenza, ciudad a cuyo club llevó a unas cotas inesperadas (2º en 1978).

Cientos de personas, incluyendo a varios futbolistas y exfutbolistas italianos acompañaron al féretro de Paolo Rossi durante su funeral. (Foto Prensa Libre: AFP)

Cientos de personas, incluyendo a varios futbolistas y exfutbolistas italianos acompañaron al féretro de Paolo Rossi durante su funeral. (Foto Prensa Libre: AFP)

Campeones del mundo en 1982 y cientos de ‘tifosi’ acudieron este sábado a Vicenza (noreste de Italia) para dar un último homenaje a Paolo Rossi, héroe de la tercera estrella conquistada por la Nazionale, en un funeral cargado de emoción en Italia.

“Si soy campeón del mundo, es gracias a él”, afirmó Fulvio Collovati, exdefensa de la selección.

Máximo goleador del Mundial-1982 (6 tantos), Rossi fue el gran artífice del triunfo italiano. Una actuación recompensada por un Balón de Oro el mismo año.

Su muerte el miércoles a los 64 años tras una larga enfermedad levantó una ola de duelo y homenajes nacionales, en particular en Vicenza, donde llevó a su club a la Serie A.

Gracias a Rossi, ‘capocannoriere’ del campeonato en 1978 (24 goles), el modesto club terminó la temporada como subcampeón, solo por detrás de la Juventus.

Un recuerdo imborrable en esta ciudad del noreste del país donde acudieron miles de personas para homenajearlo el viernes en el estadio Menti, donde se expuso el féretro de Rossi en público.

Y este sábado, pese a las restricciones impuestas por el covid-19, cientos de personas se congregaron ante la catedral de la ciudad.

Solo 250 personas tuvieron autorización para asistir a la ceremonia, retransmitida en directo por la televisión nacional.

“Un hermano” para Cabrini

“No solo he perdido a un compañero, sino a un amigo, un hermano”, declaró el exdefensa italiano Antonio Cabrini.

“Juntos, combatimos y ganamos, a veces perdimos, siempre con ganas de volver a levantarnos. Formamos parte de un grupo. No pensábamos que te irías tan pronto. ¡Adiós Paolo!”

El hijo de Rossi, Alessandro, cargó con los compañeros de su padre el ataúd, seguido de la viuda, Federica, y de sus hijas Sofia Elena y Maria Vittoria.

La entrada de la catedral estaba adornada con una impresión en gran formato de la portada de la Gazzetta dello Sport del día siguiente de la victoria por 3-1 de Italia sobre Alemania en la final del Mundial, donde Rossi abrió el marcador.

Sobre el féretro se dispusieron una remera de la selección italiana con el número 20 y una bufanda del Vicenza.

Tras la ceremonia, un largo aplauso y el sonido de las campanas de la catedral acompañaron los cánticos de la gente en el exterior, que entonaba un fuerte “Paolo, Paolo…”.

Luego de su incineración, sus cenizas volverán a su Toscana natal, indicó su mujer esta semana.

“Un mito” para Maldini

“Paolo fue muchas cosas para mí. Fue un héroe para mí, a los 14 años. Es un mito para todos los italianos”, dijo el exinternacional Paolo Maldini, una de las muchas estrellas del equipo nacional, pasadas o actuales, presentes este sábado.

Delantero que disputó cerca de 400 partidos ligueros, marcó 154 goles y participó en 48 encuentros con la selección (20 dianas), Rossi alcanzó esta condición de “mito” en el Mundial-82.

Un triplete de ‘Pablito’ en el mítico Italia-Brasil (3-2) mandó a casa a la ‘Seleçao’ y clasificó a los ‘Azzurri’ a semifinales. Frente a Polonia, marcó dos goles y logró el boleto para la final. En el partido por el título contra la República Federal Alemana (RFA), el toscano marcó el primero de los tres goles italianos (3-1).

El primer club en el que dejó huella fue el Vicenza, que abandonó en 1979 tras un descenso a Serie B. Pero fue en la Juventus donde llenó su palmarés a partir de 1982, luego de dos años de suspensión por el escándalo de partidos amañados y de apuestas ilegales denominado ‘Totonero’.

Tercera pata del tridente ofensivo, formado por Michel Platini y Zbigniew Boniek, ganó dos campeonatos ligueros con los ‘bianconeri’ (1982 y 1983) así como la Copa de Europa de 1985 tras la dramática final de Heysel y sus 39 fallecidos.

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