El desafío está completado con creces, pero el entrenador no ha dado opción a mantener en el club alavés su modo de ver el futbol en próximas campañas.
Pellegrino ha vivido su segunda etapa en las filas del Alavés, después de un primer ciclo en el que disputó sus últimos partidos como jugador profesional debido a que los problemas físicos le impidieron continuar y le obligaron a colgar las botas a sus 34 años, tras 14 encuentros disputados en una temporada aciaga (2005-06) que concluyó con el descenso a Segunda División del equipo vasco.
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Fue una espinita que se ha sacado con esta campaña, tal y como ha señalado hoy en una escueta rueda de prensa.
Llegó a Vitoria desde Argentina en el verano de 2016 y le faltó poco tiempo para marcar una identidad muy reconocible del Alavés: un equipo con garra, con riqueza táctica y que apenas se ha descompuesto en los encuentros que ha disputado.
Aunque muchos le han acusado de falta de atrevimiento, el primer pelotazo del campeonato lo dio en el Camp Nou, donde venció al FC Barcelona de su excompañero de vestuario Luis Enrique por 1-2.
Su primer triunfo en casa como entrenador del Alavés llegó en la sexta jornada ante el Granada (3-1) y tuvo que esperar cinco jornadas más para obtener la siguiente victoria, ante el Osasuna (0-1), en lo que fue un inicio renqueante donde la falta de gol era patente.
A pesar de todo, Pellegrino se mantuvo fiel a su estilo, fue buscando su once ideal con diferentes alineaciones hasta la vigésima jornada cuando repitió al equipo titular.
Pellegrino aplicó sus conceptos defensivos en una plantilla que creyó en sus ideas y protegió su portería como pocas en la liga y, a pesar de la sequía goleadora, consiguió una buena racha de resultados, precisamente con el inicio de las eliminatorias de la Copa del Rey.
La gestión del grupo ha sido uno de los puntos fuertes del técnico argentino y gran parte de los jugadores menos habituales han respondido a las exigencias del ya expreparador del Deportivo Alavés que afrontó la recta final del campeonato en mejores condiciones.
El histórico pase a la final de la Copa del Rey liberó a la escuadra de Pellegrino, que consiguió el objetivo de la permanencia con creces, en lo que fue un regreso soñado a LaLiga Santander para el técnico sudamericano.
El Valencia le dio la alternativa en el banquillo en la campaña 2012-13 tras pasar por sus equipos de cantera, pero en diciembre de 2012 fue destituido a pesar de haber clasificado al equipo che para la eliminatoria de octavos de final de la Liga de Campeones.
Tras su paso por el futbol argentino en Estudiantes de La Plata e Independiente, el club babazorro volvió a llamar a su puerta para incorporarlo a su banquillo.
Entre el equipo valencianista y el vitoriano, Pellegrino ha firmado un balance positivo entre la LaLiga Santander y la Copa del Rey, en las que ha disputado 63 encuentros con 25 victorias, 20 empates y 18 derrotas.
El “Flaco”, conocido así desde su época de jugador, ha sabido conjugar un colectivo con numerosos jugadores nuevos que han llegado en forma de cesión de otros equipos y ha dado la alternativa a jóvenes que han debutado con la camiseta albiazul en Primera División como Marcos Llorente, Theo Hernández, Fernando Pacheco o Rodrigo Ely.
Muchos de ellos destacan el trato y la enseñanza táctica que han recibido por parte de este técnico, que ha visto como su temperamento argentino le ha jugado malas pasadas y ha sido expulsado en más de una ocasión.
Prueba de ello es que la plantilla ha estado representada hoy en su despedida a través de dos jugadores importantes en el vestuario como Manu García e Ibai Gómez.
