Deporte Nacional

Lucía Abadía y sus sueños en el taekuondo

Lucía Abadía Sandoval es  la nueva reina del tatami y capitana de la selección nacional de taekuondo que participará en los Juegos Panamericanos de Toronto.

Coralia Lucia Abadía Sandoval, atleta de taekoundo, que busca brillar en Toronto (Foto Prensa Libre: Óscar Felipe Q).

Coralia Lucia Abadía Sandoval, atleta de taekoundo, que busca brillar en Toronto (Foto Prensa Libre: Óscar Felipe Q).

La atleta, de 21 años, participará en sus primeras justas panamericanas y llega como la atleta 43 del ranquin mundial en la categoría -57 kilogramos, con grandes expectativas de subirse al podio. La  Selección estará integrada por Francisco Palacios, Andrés Zelaya, Guillermo Rodas, Elizabeth Zamora y Coralia Lucía Abadía Sandoval.

Sin ser el taekuondo la disciplina que soñó practicar en su vida, Coralia Lucía se ha convertido en la nueva sensación del deporte de combate; de buen step —juego de pies— y con una derecha impecable que hace temblar a sus adversarias, armas que pondrá a prueba en las justas de Canadá, que significa el tercer evento del ciclo olímpico.

Según ella, tiene una pequeña desventaja ante sus demás adversarias, por su baja estatura —1.68 metros—, pero ha aprendido a sacar provecho de esta porque se ha convertido en una deportista de ataque y gran defensiva.

Orgullo de Escuintla, su comienzo como atleta se remonta a más de 10 años. Su padre, Víctor Manuel, practicaba taekuondo por defensa personal, mientras la pequeña Coralia, con apenas 10 años, estimulada y sin poder relegar los deseos de su progenitor, empezó a entrenar en el gimnasio Tigres del Central, en la zona 1.

Pero el anzuelo que caló hasta el corazón de la deportista fue la destacada participación de la selección de taekuondo en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, cuando Heidy Juárez, en un combate no apto para cardiacos, estuvo a un paso de subirse al podio —ocupó el cuarto lugar— y Euda Carías y Gabriel Sagastume fueron quintos en sus respectivas categorías.

“Ellos fueron mi gran motivación”, recuerda Abadía con mucho orgullo. Al principio no le gustaba el taekuondo, por ser de combate, pero con el tiempo le tomó cariño y tras haber logrado este año su clasificación a sus primeras justas panamericanas, no hace más que pensar en que puede ganar una medalla.

“No hago más que pensar en subir al podio. Ahora desayuno, almuerzo y ceno pensado que puedo llegar lejos y poner muy en alto el nombre de Guatemala”, expresa.

Con el fin de emular a Juárez, Carías y Sagastume, Coralia Lucía se inscribió en la Federación Nacional de Taekuondo y su primer combate fue en Jalapa, durante unos juegos nacionales.

“Estaba muy nerviosa. Nunca había competido. Fue una sensación bonita y que me hizo soñar con grandes cosas. Luego me llevaron a eventos a España y al Codicader de Costa Rica”, recuerda.

Cambió su vida

Decidirse por el taekuondo ha sido quizá la decisión más importante para la atleta, ahora de 21 años. Le ha enseñado a vivir de manera ordenada y trazarse objetivos claros. Uno de estos era la clasificación a los Juegos Panamericanos y también visar para los Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

Pero no todo lo que toca Coralia Lucía es de color de rosa. La “dura carga” de sus entrenamientos la obligaron a abandonar este año sus estudios universitarios. En el 2013 cursó el segundo año de Licenciatura en Deportes y Desarrollo Humano.

Además, haber logrado la medalla de bronce en los Juegos Centroamericanos de San José, Costa Rica, 2013, también significó un momento de incertidumbre en su carrera deportiva, incluso la hizo pensar en un retiro prematuro porque “no era el resultado que esperaba”.

El tercer lugar en esa competición automáticamente bloqueó las posibilidades de participar en los abiertos internacionales y los Juegos Bolivarianos de Perú. A estos últimos finalmente viajó por medio de una invitación y ganó la medalla de plata, lo que la hizo retomar el rumbo con miras al éxito.

La atleta valora el apoyo y el esfuerzo que hace su padre para que ella pueda seguir con pasión y entrega, así como su hermano José Eduardo, jugador de softbol y beisbol. La reina del tatami lamenta el fallecimiento de su madre, Sara Lucía Sandoval, quien pudo ser de gran apoyo en su carrera.

Coralia Lucía dio sus mejores saltos sobre el tatami en el 2010, luego de haber ganado la medalla de plata en el Open de España. Ese mismo año ganó el segundo lugar en el Panamericano Juvenil que se llevó a cabo en México.

En el 2014 ganó bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, México, y en marzo de este año selló su asistencia a Toronto.

Como preparación para Toronto, la atleta, junto con el resto de seleccionados de taekuondo, participó en los abiertos de Bolivia y actualmente se encuentra de campamento en México. El 14 de julio viajará a Canadá.

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