Economía

Cero tolerancia y análisis de riesgo aduanero

Todavía se pueden apreciar vallas publicitarias del ahora presidente electo, con un mensaje bastante directo: “CERO TOLERANCIA a la CORRUPCIÓN”. 

Ese mensaje en el contexto de la agenda anticorrupción liderada por el MP/CICIG y la necesidad de contar con un presupuesto financiado para el 2016 donde buena parte de los ingresos tributarios, casi el 30% se captan en aduanas, indica la necesidad de contar con mecanismos que mejoren la capacidad de la SAT para facilitar y exigir el correcto cumplimiento de la normativa aduanera y al sector privado su cumplimiento “cabal”.

Si bien es cierto a todos nos gustan los planteamientos absolutos, especialmente si se trata de evitar lo que es objetivamente malo –la corrupción- es importante y útil identificar claramente cuáles son las prioridades en este esfuerzo y el tipo de medidas preventivas que deben tomarse para evitar actos ilícitos e incrementar los ingresos fiscales sin necesidad de aumentar los impuestos.

La urgencia fiscal de mayores ingresos, pueden provocar la “tentación” de aumentar de manera general, controles y revisiones documentales o físicas a las importaciones. Posiblemente esta acción podría causar algún temor inicial, pero difícilmente mejora la capacidad de la SAT para descubrir hechos ilícitos.

En términos futbolísticos, con el afán de meter goles, el esfuerzo sería similar a alinear cinco centrodelanteros, que seguramente tendrían muy poca efectividad en tiros a puerta –goles-, ya que entre ellos mismos se estorbarían.

La aduana requiere asertividad en las revisiones documentales y físicas, es decir hallazgos importantes en pocas revisiones, de esa manera la mayor parte de la mercadería que llega a puertos y puestos fronterizos puede salir del recinto fiscal y dirigirse a su lugar de consumo o transformación sin tardanzas que únicamente provocan mayores costos logísticos, disminución de la competitividad y ambiente propicio para corrupción.

GESTIÓN DE RIESGO

Dicha asertividad necesita –entre otros- de un Sistema de Gestión de Riesgo, instrumento que permite alcanzar un equilibrio prudente entre facilitación comercial y control aduanero.

El Custom Assessment Trade Toolkit (CATT), herramienta comparativa del Banco Mundial, ubicó en el 2014 a la aduana de Guatemala como Aduana en Progreso, el tercero de cuatro puestos, algo alejado de una Aduana de Clase Mundial. El diagnóstico indica la necesidad de mejorar la Gestión de Riesgo.

¿Que podría significar CERO TOLERANCIA en el ámbito aduanero? Identificar y disminuir el riesgo que se cometan hechos ilícitos: clasificación inexacta para pagar menos impuestos, la identificación de riesgos relativos al comercio o trasiego de drogas, armas, blanqueo de dinero, piratería, falsificación, subvaluación, sobrevaluación, exportaciones ficticias y un largo etcétera.

Una buena administración de la Gestión de Riesgo requiere de Información Anticipada a través de declaraciones aduaneras electrónicas que alimentan los sistemas informáticos de riesgo de las aduanas. Hoy día, los países de Centroamérica, con el apoyo de la Sieca y asistencia técnica del BID y USAID, se encuentran trabajando en la implementación de la Declaración Anticipada y por medios electrónicos de formularios contemplados en la legislación regional. Dicha información es muy importante para la SAT decida que medida tomar mucho antes que la mercadería llegue a territorio nacional, lo que deberá traducirse en revisiones más asertivas y menos trámites y tiempo invertido en los puertos de entrada.

Por otro lado, programas como CAPTAC/FMI ofrecen Guías Técnicas para mejorar las estrategias de gestión de riesgos en las administraciones aduaneras de Centroamérica. La buena práctica internacional y apoyo de las instituciones internacionales es abundante, lo fundamental es aprovecharlo.

No olvidemos la meta, operar una Aduana de Clase Mundial.

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