Esto evitaría nuevos intentos separatistas y permitiría superar y respaldar la continuidad de la Unión Europea.
El calendario de este año estará marcado por las elecciones en Holanda, Francia y Alemania, y se mantienen los riesgos de que la zona euro gire hacia senderos proteccionistas.
Por su parte, China se encuentra en una fase de transición económica. Es importante que concluya este proceso de forma exitosa, ya que los vaticinios de crecimiento para la siguiente década se presentan inferiores a los indicadores tan prósperos a los que hemos estado acostumbrados.
Las relaciones entre Occidente y Rusia podrían mejorar. Estos vínculos podrían contribuir a solucionar el conflicto en Siria y evitar el resurgimiento del equipamiento nuclear de Irán. De igual forma, facilitarían una mayor cooperación entre los países productores de petróleo.
Empero, en caso de existir desacuerdos en la producción del crudo, los precios excesivos resurgirían y tendrían un impacto negativo en el crecimiento mundial.
Entre los grandes desafíos generales está el no debilitar los esfuerzos por combatir la corrupción y la inseguridad ciudadana, y proceder con paso decidido a acrecentar la competitividad mediante mejoras en la infraestructura y los procesos educativos.
Es importante evitar caer en beneficios cortoplacistas y comprometer la verdadera misión del largo plazo, que es erradicar la pobreza y otorgar una vida digna a la totalidad de los ciudadanos del mundo.
Sobre la agenda comercial multilateral, pareciera que la membresía de la Organización Mundial del Comercio (OMC), se muestra cada vez más anuente a aceptar que la Ronda Doha, tal como se concibió en 2001, ha llegado a su fin.
Las negociaciones en la OMC han tratado de promover el crecimiento económico y mejorar los niveles de vida en todo el mundo, especialmente de los países en desarrollo, mediante un comercio basado en reglas.
En la OMC ya no sólo se negocian las normas arancelarias y no arancelarias para el comercio, sino que cada vez más cobran relevancia nuevos temas clave para el comercio internacional.
Asuntos como la propiedad intelectual, el desarrollo sustentable y tantos otros más, que implican nuevos compromisos para los países en desarrollo, han cobrado mayor relevancia y han sacado del centro del debate, las usuales negociaciones arancelarias.
Adicionalmente de los nuevos temas acordados en Doha, en 2001, la Membresía de la OMC sigue aumentando. La Ronda Uruguay fue negociada por 123 miembros y hoy la OMC cuenta con más de 40 Miembros adicionales, tales como China y la Federación Rusa. Esto sin duda ha cambiado el balance en las negociaciones de la OMC, regidas por el consenso.
Éstos dos hitos tal vez explican por qué tras quince años de incansables intentos de concluir las negociaciones, éstas están aún lejos de encontrar su cierre definitivo.
Ante el estancamiento de Doha, comenzaron a surgir proyectos alternativos entre grupos más reducidos de países, dispuestos a avanzar en temas que la Ronda Doha puso sobre la mesa; tal fue el caso de los Acuerdos Plurilaterales.
Sin embargo, es posible que estos esfuerzos también caigan en tierra infértil, si se concretan las tendencias proteccionistas.
Por lo anterior, los miembros de la OMC deben hacer grandes esfuerzos por alcanzar acuerdos multilaterales en la XI Conferencia Ministerial y contrarrestar así, la amenaza de que se instauren las políticas proteccionistas en medio de las pobres perspectivas de crecimiento del comercio global.
Argentina presidirá la 11° Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio, que se llevará a cabo en Buenos Aires del 11 al 14 de diciembre del 2017. En ella se procurará alcanzar resultados concretos en diferentes disciplinas aún pendientes de la Ronda y probablemente, en temas que no se encuentran en la agenda actual de negociaciones.
