Sin embargo, recurrir a usar dinero ajeno o prestado para cubrir nuestros gastos, especialmente si es con las tarjetas de crédito, es un grave riesgo que debemos evitar a toda costa. Quienes han tenido que aprender esto por la malas, saben que eso es lo inteligente, sensato y prudente a hacer.
Al moverse con efectivo, sabe uno de cuánto dispone y si puede o no comprar esto o aquello. Claro que se requiere de una buena dosis de disciplina y dominio de emociones, pero si quiere uno evitarse futuros tragos amargos y pruebas dolorosas con los acreedores, será mejor limitarse a hacer las compras al contado. La clave está en que se compra si se tiene y de acuerdo a cuanto tengamos, sino esperaremos hasta volver a tener dinero para hacerlo.
El manejarse al contado es cuestión de acostumbrarse, y sí se puede hacer. La ventaja es que de esa manera viviremos dentro de nuestras posibilidades reales y no estaremos expuestos a caer en el endeudamiento que nos resta dinero cada mes, en el pago de los intereses.
El endeudamiento es algo que provoca estrés y afecta el desempeño laboral de quienes trabajan para una organización. También causa que los colaboradores de una empresa muestren una deficiencia operativa notable que afecta la productividad y clima laboral de la misma.
El endeudamiento provoca estrés financiero en el recurso o talento humano de las empresas e instituciones, lo cual trae algunos efectos que tienen consecuencias negativas en su rendimiento laboral.
Los efectos que provoca en ellos ese innecesario estrés laboral por el endeudamiento son, entre otros, los siguientes: acoso constante de sus acreedores, reciben poco dinero el día de pago por todo lo que se les descuenta, recurren constantemente a pedir préstamos o adelantos de salario y cuando no se los autorizan se molestan e indisponen contra la empresa, lo que provoca un ambiente laboral negativo.
Otros efectos del endeudamiento en los colaboradores de una organización es que estos trabajan desmotivados y con ningún beneficio están contentos, y provoca que algunos hasta lleguen a cometer hechos ilícitos como el robo. Otros piden que se les despida para poder cobrar el tiempo laborado y así pagar sus deudas.
Claro que para saber cuánto tenemos disponible para gastar en cada área de gastos tenemos que sentarnos a escribir un plan de gastos; es decir, un presupuesto, para así asignarle a cada una de las áreas de gasto presupuestadas una cantidad, las cuales, al sumarlas todas, nos den un total que sea menor a nuestros ingresos, para que el dinero sobrante lo depositemos en nuestra cuenta de ahorro. Este dinero ahorrado podrá servirnos, más adelante, para enfrentar los gastos que no son fijos de cada mes, sino que eventualmente tendremos que hacer en el año.
Realizar compras solo al contado, ya sea pagando en efectivo, cheque o tarjeta de débito, es algo que cada día aconsejamos más a las personas que capacitamos, independientemente de los ingresos que estas tengan. Y si van a utilizar la tarjeta de crédito deben asegurarse de pagar todos sus consumos en la fecha límite de pago que les da la tarjeta o antes, para no generar intereses y perder innecesariamente dinero al pagarlos. De esa manera, esta les servirá solo como tarjeta de pagos. Si te lo propones, tú también podrás acostumbrarte a manejarte solo al contado y beneficiarte del éxito económico, la paz y libertad que esto traerá a tu vida.
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