Economía

Mario Draghi, “el imperturbable”, cumple cinco años al frente del BCE

El 1 de noviembre de 2011, en un escenario de elevado desempleo, alta inflación y una economía europea que amenazaba con colapsar por el gran endeudamiento de algunos de sus países miembros, el italiano Mario Draghi asumió la presidencia del Banco Central Europeo (BCE).

-Se hacía cargo de la institución monetaria que vela por la estabilidad del euro en un momento en el que los mercados no ocultaban su nerviosismo y los modelos económicos clásicos se revelaban como inoperantes.

Su elección como guardián de la moneda única fue recibida con recelo en la primera economía de Europa, donde diarios como el sensacionalista “Bild” no tardaron en cuestionar su idoneidad para el puesto.

“¡Mamma mia!, para los italianos la inflación forma parte de su día a día, tanto como echarle salsa de tomate a la pasta”, publicó en aquel entonces el rotativo.

Sin embargo, los temores de una posible subida del precio del dinero no se confirmaron y eso que Mario Draghi puso a disposición de los bancos una barra libre de liquidez sin precedentes.

De hecho, a día de hoy la inflación continúa por los suelos (0,4 por ciento en el mes de septiembre), muy alejada del objetivo del 2 por ciento que el BCE, siguiendo el patrón marcado por el Bundesbank alemán, considera óptimo.

Semblanza

“¿Quién puede parar a Mario Draghi?”, se preguntaba el diario conservador “Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung”.
Desde su llegada a Fráncfort, el ex director Ejecutivo del Banco Mundial (1984-1990) y antiguo banquero de inversión de Goldman Sachs (2002-2005) sorprendió a propios y a extraños con un golpe de timón: bajó los tipos de interés del 1,5 al 1,25 por ciento.

Este movimiento, que por aquel entonces rompía esquemas y revolucionaba redacciones periodísticas, acabó por convertirse en un acto rutinario y en el prólogo de la puesta en marcha de una nueva estrategia que incluía tanto instrumentos financieros no convencionales como declaraciones de intenciones revolucionarias.

“De acuerdo con su mandato, el BCE está listo para hacer todo lo necesario para salvar el euro y, créanme, eso será suficiente”, dijo Mario Draghi a finales de julio de 2012 en Londres.

Sus palabras, que le granjearon el apodo de “Supermario”, fueron suficientes para calmar -momentáneamente- a los mercados.

De eso hace ya cuatro años. Ahora, la tasa rectora se sitúa en el cero por ciento, los bancos deben pagar por dejar aparcado su dinero en Fráncfort y el Banco Central Europeo realiza compras mensuales de activos públicos y privados por valor de 80.000 millones de euros (87.340 millones de dólares), como mínimo, hasta marzo de 2017.

Críticas

En este escenario, en el que sus críticos acérrimos le reconocen el valor de haber salvado el euro en el verano de 2012 pero le echan en cara que impulse una política monetaria demasiado expansiva que penaliza a los ahorradores, Mario Draghi se ha mantenido imperturbable.

El antiguo estudiante de colegio jesuita, que pronto cumplirá los 70 años, ha sabido esquivar con talante y buenas palabras a todos sus adversarios, que no han sido pocos.

En sus cinco años de mandato no solo se ha tenido que enfrentar a fallos judiciales del Tribunal Europeo o del Constitucional alemán relativos a los mecanismos de compra de activos impulsado por el BCE, sino que se atrevió a lidiar con los políticos alemanes, muy críticos con su gestión, con quienes se reunió en varias ocasiones en el Bundestag.

El único momento en el que mostró cierta vulnerabilidad ante el adversario fue durante la celebración de una rueda de prensa en la que se vio sorprendido por la activista Josephine Witt, quien de un salto se plantó en su mesa y le arrojó confeti al grito de “acabad con la dictadura del Banco Central Europeo”.

Plano personal

La cara de susto de Draghi y sus brazos en alto dejaron una imagen para la historia.

En el plano más personal, la prensa a menudo destaca su testarudez y perseverancia, dos cualidades de las que, al parecer, ya hacía gala de joven cuando impartía clases de economía en la Universidad de Trento y de las que también da buena cuenta en la actualidad.

“Nuestras medidas son efectivas y eso lo demuestra la recuperación que se está registrando en la eurozona, que es modesta pero constante. De este auge también se pueden beneficiar los ahorradores y los jubilados de Alemania y del resto de la eurozona”, dijo el presidente del BCE a finales de septiembre.

Pocos días después, ante élites financieras en Washington destacó que, como muy tarde, a principios de 2019 la inflación logrará alcanzar el nivel considerado óptimo por el BCE.

La fecha no es banal, en otoño de 2019 “Supermario” termina su mandato de ocho años al frente de la institución monetaria.

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: