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¿Qué esperar de la economía para el segundo trimestre de 2021?

Superar los retos en materia de transformación productiva, inversión, generación de empleo productivo, mejora de los ingresos de la población, infraestructura productiva, innovación, productividad y certeza jurídica, es más urgente y necesario que antes de que el virus llegara a nuestras vidas.

A diferencia del 2020 cuando algunos negocios tuvieron que cerrar, el comportamiento económico del 2021 tiene una perspectiva más alentadora. Foto: Hemeroteca Prensa Libre

A diferencia del 2020 cuando algunos negocios tuvieron que cerrar, el comportamiento económico del 2021 tiene una perspectiva más alentadora. Foto: Hemeroteca Prensa Libre

Permanece el impacto del covid-19

El proceso de vacunación contra el covid-19 ha sido lento a nivel mundial (a mediados de marzo el 1.5% de la población mundial había sido vacunada por completo). Algunos países como Israel (51.8%), Chile (16.9%) y Estados Unidos (14.5%) han logrado completar la vacunación de una porción considerable de su población.

No obstante, en la mayoría de los países el virus sigue cobrando vidas (de hecho, han aparecido mutaciones en donde ha resultado ser más contagiosos y posiblemente más letal) y los gobiernos mantienen restricciones para evitar la aglomeración de personas, lo que a su vez sigue limitando la realización de determinadas actividades como el turismo, la educación presencial, la afluencia a eventos deportivos, artísticos, servicios religiosos, etcétera.

Perspectivas económicas

Para el 2021 el Banco de Guatemala (Banguat) ha estimado que la economía crecerá entre 2.5% y 4.5%, siendo el punto medio del pronóstico (3.5%) inferior al crecimiento económico experimentado en el año 2019 (3.8%) previo a la pandemia.

El indicador más cercano para medir la actividad económica en el corto plazo es el Índice Mensual de la Actividad Económica (Imae), que en enero del presente año creció en 3.6% (serie tendencia-ciclo), diez puntos básicos por arriba del escenario promedio de crecimiento establecido para el año 2021.

Siendo enero el quinto mes consecutivo en el que el Imae muestra tasas positivas de crecimiento, después de haber mostrado tasas negativas durante seis meses, cuando se encontraban en vigor las principales medidas que restringían la movilidad de las personas.

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El ingreso de remesas ha sido por excelencia el indicador económico que mayor dinamismo ha mostrado para el país, de hecho, fue el primero en mostrar signos de recuperación luego de la llegada de la pandemia en 2020.

Para el 2021, el Banguat proyecta que esta variable experimentará una tasa de crecimiento interanual entre 8.5% y 11.5%, en los primeros dos meses del año este indicador ha crecido en promedio 12.7%, levemente por arriba del límite superior definido.

En cuanto al crédito bancario al sector privado, se estima que crecerá entre 6.5% y 9.5% al finalizar el año. De pronto, este indicador ha experimentado tasas de crecimiento de 6.01% en enero y 6.31% en febrero, ubicándose por debajo del pronóstico establecido. En cuanto a la inflación, el Banguat ha establecido como meta inflacionaria un límite inferior del 3% y uno superior del 5%. La inflación interanual de enero (5.24%) y febrero (6%) se ha ubicado consistentemente fuera del límite superior.

Comportamiento explicado por el crecimiento interanual promedio que han tenido los precios en las subdivisiones de Transporte (13.8%) y Alimentos (9.7%) en los primeros dos meses del año.

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Segundo trimestre alineado a pronósticos

De momento los indicadores económicos de Guatemala han dejado atrás las estrepitosas caídas experimentadas en 2020, cuando las restricciones de movilidad más extremas se encontraban en vigor (cierre de fronteras, restricción absoluta para actividades económicas consideradas no esenciales, restricciones de movilidad en determinados horarios, etcétera).

El Imae y las remesas se comportan según el pronóstico establecido para el cierre de 2021. Por otro lado, el crédito total al sector privado y la inflación se encuentran levemente por afuera de los escenarios construidos.

Considerando el avance que ha tenido Estados Unidos en la vacunación contra el covid-19 (por lo que no se espera que ese país implemente medidas que provoque grandes caídas en las remesas como ocurrió durante el primer semestre del año pasado) y que las medidas extremas de confinamiento implementadas el año pasado no se encuentran dentro de la estrategia que este año sigue el Organismo Ejecutivo para hacerle frente al virus (dando una mayor responsabilidad a la población de adoptar medidas de precaución inclusive durante los asuetos de Semana Santa por ejemplo).

Se espera un segundo trimestre bastante alineado a lo experimentado durante el primero, con una evolución favorable en los principales indicadores económicos, que apuntan hacia el cumplimiento de los escenarios promedio establecidos por el Banguat hacia finales del presente año.

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El hecho que se cumplan los escenarios de crecimiento trazados por el Banguat, no necesariamente nos asegura lograr condiciones suficientes para atender los desafíos que el país ya enfrentaba antes de la llegada del virus y que se han incrementado después de su llegada.

A espera de obtener mediciones que permitan dimensionar la manera en que se agravó la desnutrición crónica infantil, la calidad de vida de las familias o sus niveles de pobreza, se tiene la estimación de que en el año 2020 se perdieron 41 mil plazas de empleo formal.

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Que sumadas a la brecha de 3.2 millones de plazas de trabajo formal que ya existía en 2019 (según estimaciones del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales), evidencia que es insuficiente para Guatemala que la economía retome el desempeño experimentado previo a la llegada de la pandemia. Además de avanzar con la vacunación contra el covid-19, que eventualmente permitirá terminar de eliminar las restricciones que todavía se encuentran en vigor.

Superar los retos en materia de transformación productiva, inversión, generación de empleo productivo, mejora de los ingresos de la población, infraestructura productiva, innovación, productividad y certeza jurídica, es más urgente y necesario que antes de que el virus llegara a nuestras vidas.

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David Casasola es investigador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien)