La iniciativa será conocida el próximo martes en la sesión del Legislativo, con el fin de enviarla a la Comisión de Finanzas para que emita su dictamen.

Leonel Soto Arango, vocero de la junta directiva del Congreso, dijo que además de la comisión, se desea la opinión técnica de entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, el Banco Mundial y el Gabinete Económico.

Recursos para cinco años

El ministro de Finanzas Públicas, Eduardo Weymann, en un desayuno de prensa, dijo ayer que el Gobierno se comprometerá anter el Fondo Monetario Internacional, FMI, la próxima semana en Washington a no gastar todos los recursos en el 2003.

Agregó que el monto a utilizar dependerá de lo que se logre negociar con el FMI y que antes de romper el acuerdo Stand by con el organismo internacional se sacrificará la inversión que sea necesaria.

Weymann agregó que el acuerdo es un respaldo positivo y contribuye a mantener la estabilidad macroeconómica.

El funcionario explicó que aunque la solicitud es para colocar US$700 millones, sólo serán sacados a licitación bonos por US$500 millones y el resto -US$200 millones- quedarán a disposición del próximo Gobierno.

El destino

?Sabemos que todas las instituciones quieren fondos, pero en el 2002 sólo se le dará US$50 millones al Micivi, y en el 2003, usarán entre US$100 a US$150 millones en la desmovilización del Ejército y el saldo restante en un periodo que va del 2004 al 2007?, aclaró Weymann.

El saldo servirá según el funcionario para proyectos vinculados con los acuerdos de paz, en las áreas de tierras, diversificación agropecuaria y atención a población en estado de pobreza y pobreza extrema durante el conflicto armado.

Weymann negó que la colocación de bonos en los mercados internacionales cause una catástrofe económica, minimizando la crítica realizada por el sector privado y algunos analistas.

Recordó que la forma correcta de analizar el tamaño de la deuda es comparándola con el Producto Interno Bruto, PIB, y las exportaciones. ?Veremos que el porcentaje de la deuda externa a 2002 es del 12.8 por ciento y no supera el punto crítico del 30 por ciento del PIB, lo cual nos da margen para endeudarnos?, explicó Weymann.

?Presionaría la inflación?

Para Erick Coyoy, analista de la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales, Asies, la utilización de los US$180 millones en el 2003 aumentaría el déficit fiscal, el cual se estima para el próximo año en 1.8 por ciento, a 3.4 por ciento del PIB.

?Esto con seguridad presionará la inflación, afectando el poder de compra de la población y provocando un aumento de las tasas de interés para préstamos que desincentivará la inversión productiva?, explicó Coyoy.

Coyoy cuestiona que si en el 2003 se va a destinar más del 16 por ciento del presupuesto para el pago de la deuda pública (unos Q4,378.4 millones más los intereses que van a generar los bonos), se heredará una situación comprometida al próximo Gobierno, al cual no le quedará otro camino que seguir endeudándose o aplicar nuevos impuestos.