“Siempre le preguntaba a Diego por qué me había escogido para su película. Él nunca me dijo, hasta que llegamos a Cannes, en Francia; entonces me detuvo al ver mi rostro de emoción y me dijo: ‘por eso te escogí'”, recuerda López.
Motivado por su madre, quien casi a empujones lo llevó al casting de Quemada-Díez, que tuvo lugar en el 2011, en cercanías del basurero capitalino, López acudió para probar suerte. “La verdad, no quería ir. Era mediodía; yo salía del trabajo y luego tenía que ir a estudiar, pero mi mamá me dijo que fuera, que a lo mejor tenía suerte”, agrega.
López fue el seleccionado para estar en el filme, que tuvo un rodaje de tres meses en México. “La jaula, para mí, fue la experiencia que me cambió la vida. Visitamos países que nunca creí conocer; cuando vi por primera vez la torre Eiffel, lloré”, cuenta.
Proyección
La semana próxima se estrenará para todo el público la película, en las salas de Cinépolis del país.