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Devoción al patrón jurado de Antigua Guatemala
Jesús Nazareno de la Salvación y la Santísima Virgen de Dolores, Patronos Jurados de Antigua Guatemala, fueron venerados en su tradicional cortejo procesional del primer domingo de Cuaresma.
Jesús Nazareno de la Salvación, en su tradicional procesión del primer domingo de Cuaresma. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Jesús Nazareno de la Salvación, obra del maestro Juan Perales en 1632, recorrió por primera vez en procesión las calles de la aldea Santa Catarina Bobadilla y San Juan del Obispo un Martes Santo, el 27 de marzo de ese mismo año. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Devotas participan en la solemne procesión, llevando en hombros a la Virgen de Dolores. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Fieles devotos llevan andas en miniatura de la imagen de Jesús Nazareno de la Salvación, mientras participan en el cortejo procesional por las calles de Antigua Guatemala. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Familias antigüeñas trabajan juntas desde tempranas horas en la creación de coloridas alfombras de aserrín teñido, flores y frutas. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
El sonido del tzijolaj, una flauta tradiciona, anuncia la llegada del cortejo procesional. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Niños de Antigua Guatemala participan portando incienso durante el recorrido de las imágenes de pasión. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
La Virgen de Dolores, destaca por su serena expresión y vestimenta detallada, reflejo de la profunda devoción de la comunidad local. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Un escuadrón de penitentes vestidos como soldados romanos lidera la procesión de Jesús Nazareno de la Salvación y Santísima Virgen de Dolores. (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Durante el cortejo procesional, se exhibe el mensaje: "¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que digo?" . (Foto Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
La Virgen de Dolores refleja en su rostro un profundo dolor, simbolizando el sufrimiento de María al ver a su hijo, Jesús, en su camino hacia la crucifixión. (Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Después de los devastadores sismos de 1917 y 1918, la imagen de Jesús Nazareno fue colocada en una capilla provisional de madera y techo de paja, en la aldea situada en las faldas del volcán de Agua, mientras se reconstruían los templos dañados por los terremotos. (Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)