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El médico Edwin Asturias, quien dirige la Comisión Presidencial de Atención a la Emergencia Covid-19 (Coprecovid), ha dicho que si los guatemaltecos usaran mascarilla todo el tiempo fuera de casa, se podría prevenir una de cada tres infecciones por el virus y en los siguientes meses se evitarían unas cinco mil muertes.
“Es incómodo y no es costumbre, pero es un salvavidas en este oleaje fuerte”, tuiteó el médico el pasado 7 de julio.
El 93% de los hombres asegura usar la mascarilla, pero las mujeres lo hacen con mayor constancia, 97%, según los resultados de este cuarto estudio exploratorio sobre las actitudes de los guatemaltecos hacia el coronavirus.
Son los mayores de 45 años los que más se protegen con ese suministro médico siempre que salen de su hogar. En tanto que entre los menores de 35 años, algunos han desistido de portarla; entre ellos su uso es del 94%.
En Guatemala, la mascarilla se volvió obligatoria en los lugares públicos desde el pasado 13 de abril. Esta se convierte en una barrera protectora para las personas no infectadas con covid-19, y en los casos positivos, es necesaria para que los enfermos no diseminen las gotículas cuando hablan, estornudan o tosen.
Al comienzo de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó el uso de mascarillas para quienes estaban al cuidado de personas potencialmente contaminadas con el virus, aquellos que presentaban tos o estornudos y para el personal sanitario; sin embargo, ante la reapertura en muchos países y el levantamiento de las restricciones, en junio pasado se sugirió a la población en general utilizarla en lugares y momentos donde no se puede guardar el distanciamiento social.
El uso del cubreboca puede ayudar a ralentizar la propagación del virus, pero es necesario usarlo adecuadamente, tapando completamente la nariz y la boca.
Utilizarlo puede dar una falsa sensación de seguridad si no se toma como una acción complementaria al lavado de manos, a la etiqueta de tos, evitar tocarse el rostro, alejarse del contacto físico y del distanciamiento social.
Otra de las medidas que se conseja para prevenir el contagio del covid-19 es desinfectar los zapatos antes de ingresar a casa. Esa es una buena práctica que poco a poco ha ganado terreno entre la población, pues el 55% de los encuestados dijo hacerlo.
La recomendación de esa práctica ha surgido ante cualquier posibilidad de llevar el virus de la calle al hogar.
Las mujeres y las personas mayores de 45 años son quienes ya volvieron una costumbre el quitarse el calzado al ingresar a su casa.
Limpieza de manos
El nuevo coronavirus ingresa al organismo humano a través de los ojos, la nariz y la boca, y lo más probable es que el vehículo que utilice para llegar a esos puntos sean las manos, que se contaminan al tocar objetos o superficies donde haya presencia del covid-19.
Por esa razón es que una de las principales medidas de prevención ante la enfermedad es el lavado de manos. Es una de las formas más baratas y sencillas de evitar el contagio.
Los resultados obtenidos por ProDatos indican que los guatemaltecos se lavan las manos 8.7 veces al día, en promedio, ya sea con agua y jabón, o bien que utilicen alcohol en gel. Ambas prácticas son eficaces para eliminar el coronavirus.
Lo recomendable es que el lavado dure entre 20 y 30 segundos, para asegurarse de limpiar toda la palma y el dorso de la mano.
En promedio, los hombres se lavan las manos 8.3 veces al día, y las mujeres lo hacen 9.4 veces.
La práctica se hace más recurrente conforme avanza el rango de edad, y son los mayores de 45 años los que más acostumbran usar agua y jabón, o bien gel para limpiarse las manos. Ellos lo hacen en promedio 10.3 por día.
El segmento de la población popular es la que se limpia con mayor frecuencia las manos, hasta 9.1 veces al día, mientras que el estrato social alto lo hace 8.4.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, si bien la transmisión del covid-19 ocurre con mayor frecuencia a través de gotitas respiratorias que a través de objetos y superficies, la evidencia indica que el virus puede permanecer durante horas o días sobre ciertos lugares; por tal razón, se recomienda la limpieza y desinfección, para evitar tocarlas y llevarse el virus a los ojos, nariz y boca.
