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Mineduc está abierto a negociar pacto colectivo solo si mejora la educación del país
El Ministerio de Educación continúa firme en la postura de que el borrador del pacto colectivo del magisterio se haga público, mientras avanzan las reuniones con el sindicato mayoritario STEG.
La negociación del pacto colectivo del magisterio aún se mantiene bajo confidencialidad. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
A esta semana son 12 sesiones las que se han llevado a cabo para discutir el nuevo pacto colectivo del magisterio, reuniones en las que han coincidido autoridades del Ministerio de Educación (Mineduc) con representantes del Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación de Guatemala (STEG), el mayoritario de los 68 movimientos sindicales adscritos al ministerio.
Francisco Cabrera, viceministro Técnico de Educación, menciona que la discusión no ha llegado a los artículos torales del proyecto, y que podrían generar desencuentros, sin embargo, la línea del Mineduc va encaminada a que la negociación se centre en aspectos estrictamente laborales y que no comprometan el funcionamiento del sistema educativo .
¿En qué estatus está la negociación del pacto colectivo del magisterio?
Se están dando tal como establece la ley. Ninguna institución del Estado puede rehuir a la negociación colectiva, hay que enfrentarla una vez sea planteada por un sindicato. Esta se inició en febrero pasado, a partir de un proyecto de pacto presentado por el sindicato mayoritario, el STEG.
El 8 de enero se presentó, se pidió la garantía de confidencialidad que fue aceptada por la administración anterior; lo encontramos con esa característica.
A partir de allí se instaló la mesa de negociación que se reúne semanalmente y que discute los artículos del proyecto. Se ha abordado entre el 25% y el 30% del articulado.
Los primeros artículos se refieren a aspectos formales. No se ha llegado a los artículos que previsiblemente serán los más importantes.
¿Se puede levantar la confidencialidad?
Una vez que el Ministerio de Educación acepta la confidencialidad, que es lo que pasó el 8 de enero, no se puede quitar unilateralmente. La ministra ha insistido en levantarla, se ha planteado en reuniones, por escrito, y hemos estado insistiendo en la mesa.
Para el Ministerio de Educación es importante que sea una negociación transparente, y no hacerlo genera un manto de sospecha, de incertidumbre.
Dependemos de que el sindicato esté de acuerdo con este criterio, pero hasta ahora ha manifestado que no, y dado que el caso está judicializado se espera la resolución de las Cortes o de las instancias que corresponda.
¿Procederán más allá de lo que se resuelva con estos recursos?
Lo que queda es esperar estos fallos, porque cualquier esfuerzo que hiciéramos en esa misma línea iría posterior a estos recursos ya interpuestos y no daría un resultado diferente. Entonces, estamos atentos a que las Cortes resuelvan y una vez se dé un fallo, acatarlo inmediatamente.
¿Y si el fallo mantiene la confidencialidad?
Tendríamos como Ministerio de Educación analizar la posibilidad de plantear otro tipo de recurso legal. Pero una vez que unos están en curso, lo prudente es esperar a que se resuelvan, porque podría ser que ahí esté la solución que esperamos.
¿Cómo han transcurrido las negociaciones?
Esta negociación solo tiene sentido si permite mejorar la educación. No somos una administración antisindical o antiderechos laborales. Reconocemos y respetamos las garantías que la legislación guatemalteca le ofrece al trabajador, pero tenemos que velar por los intereses del país más allá de cualquier otro, y el interés primario es el estudiantado que atiende el Ministerio de Educación. Nuestra agenda de discusión va en esa línea y eso hace que haya desencuentros, cómo es natural en cada negociación que pueda darse de este tema.
Ha sido complicado negociar con el STEG
Dado que no hemos llegado a puntos sustantivos, hemos podido avanzar. Lo complejo es que hay un contexto en el que circulan cosas en el medio, y eso hace que la negociación sea tensa, que sea compleja en determinados puntos.
De nuestro lado, la negociación será respetuosa.
Entonces, la discusión ha tenido momentos álgidos.
La relación ha sido en momentos un poco compleja, porque hay puntos en los que lógicamente no vamos a estar de acuerdo o hay posiciones y perspectivas distintas sobre determinados asuntos, como la confidencialidad.
Se ha podido desarrollar la negociación, nos sentamos frente a frente, discutimos, decimos en qué estamos y en qué no estamos de acuerdo. Se hacen las actas de cada reunión, donde se plasman los elementos tratados, y se firman.
De la negociación de los pactos anteriores no tenemos registro, puede que estén las actas, pero no las hemos encontrado. Este es un elemento clave en la rendición de cuentas.
¿Hasta qué punto está dispuesto a negociar el Mineduc con el sindicato?
Aquello que ya fue acordado en un pacto anterior ya no puede ser reducido, eso sería transgresor del derecho laboral. Esa es una limitación que enfrentamos.
Hay temas que pueden no ser estrictamente laborales, pero que desde la óptica del sindicato sí lo son. También hay funciones que son propias del Ministerio de Educación y que la Constitución las define de esa manera y no pueden ser delegadas en otras entidades. Ese previsiblemente son puntos en los que vamos a tener dificultad para llegar a acuerdos, pero ya lo dirá la negociación.
¿Se puede propiciar la calidad educativa con el pacto colectivo?
El principio básico es que los derechos laborales no tienen por qué cruzarse con el tema de la calidad educativa, la mejora del sistema educativo, la ampliación de la cobertura, la creación de nuevos programas, no tendrían por qué estar en el mismo saco. Esas son funciones que el Ministerio de Educación tiene como mandato constitucional y tiene que desarrollarlas.
Entonces, ¿cómo conseguir una mejora en la educación?
La mejora de la educación depende de múltiples factores. Esa es una agenda de trabajo que esta administración desarrolla como prioridad.
En los pactos anteriores hay planteamientos que fueron hechos y en su momento aceptados por el Ministerio de Educación, en los que, por ejemplo, el sindicato tiene la autoridad para determinar si van a darse capacitaciones de un tipo u otro, para aceptarlas y aprobar quiénes van a ser las capacitaciones, pero eso es parte del sistema educativo. En el pacto anterior eso está establecido como un compromiso, y así podemos encontrar otros puntos.
Nosotros entendemos que eso no es parte del derecho laboral. En la medida que esos puntos vayan apareciendo en el nuevo proyecto, seguramente tendríamos que discutir y encontrar acuerdos. Aspiraríamos a que el sindicato comprenda esa separación y que hay aspectos en los pactos anteriores que podrían no estar en un potencial nuevo pacto colectivo.
¿Las peticiones del sindicato mayoritario representa el sentir de todo el magisterio?
Cuando pensamos en el sindicato no necesariamente estamos pensando en todo el magisterio, son dos universos distintos que pueden coincidir en algunos aspectos.
No todo lo que se discute con el sindicato es lo que espera el grupo más amplio del magisterio nacional. Para nosotros es importante el maestro que está en las escuelas, el que trabaja, es una tarea que requiere de vocación y de apoyado, y nuestras prioridades es apoyar a los que están cumpliendo sus tareas.
La ley nos manda a negociar con el sindicato, así lo hacemos, pero tenemos la prioridad de atender las necesidades que los maestros enfrentan todos los días.
¿El Mineduc aceptaría una demanda de aumento salarial?
El marco legal de un pacto colectivo impone que los compromisos que se han asumidos por el sector público tengan un respaldo, una garantía técnico presupuestario, que indique que va a ser posible cumplirlo, somos observantes de eso.
La mesa de negociación no sucede como un espacio aislado en el que se puede comprometer cualquier cosa, sino tiene que haber un respaldo. Desconozco si en los pactos anteriores eso se tomó en cuenta, pero de nuestro lado, antes de comprometer cualquier recurso debe tenerse la garantía de que se están dando las condiciones para poder cumplir con los compromisos.
Bajo la visión del Mineduc, ¿qué aspectos se tendría que contemplar en este pacto colectivo?
Los que se tiene que contemplar son los aspectos estrictamente laborales, las garantías de los derechos que tienen que ver con la legislación laboral.
En principio, la negociación del pacto no nos parece peligrosa, lo peligroso es cuando se intenta que a la luz de ese pacto se incluyan elementos que trascienden más allá de los temas laborales.
Entiendo que un maestro aspira a mejores ingresos, a mejores condiciones, eso es, lo natural, no tenemos problema con eso, siempre que se limite a temas laborales, sí se puede discutir, pero tenemos que garantizar el derecho de los estudiantes a tener por lo menos los 180 días de clase, ojalá más. Entendemos que hay licencias, pero primero está que no afectemos el derecho a la educación que tienen los estudiantes, eso tenemos que protegerlo.
¿Qué temas trascenderían más allá de lo laboral?
Si se revisan los pactos anteriores, hay otros aspectos que uno podría decir esto es función del Estado, en este caso del ministerio, no es parte del derecho laboral. Si el ministerio cede esas funciones, en realidad compromete el funcionamiento del sistema educativo y eso no debería pasar.
Partiendo de la lectura del último pacto, si hay varios aspectos de ese tipo que desde nuestro punto de vista deberíamos retirar, porque no corresponden.