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Barriletes, gigantes voladores

Las cometas, papalotes o barriletes se originaron en la  antigua China, alrededor del año 1200 a. C. Se utilizaban como señales o elementos  militares para comunicarse a distancia.  En Europa, en el siglo XII, los niños ya jugaban con cometas, a las que añadían cuerdas para hacerlas sonar.

Los discos multicolores de papel  contrastan con el paisaje de Sumpango, Sacatepéquez, en el Festival de Barriletes Gigantes, que se celebra el 1 de noviembre Día de Todos los Santos.

Los discos multicolores de papel  contrastan con el paisaje de Sumpango, Sacatepéquez, en el Festival de Barriletes Gigantes, que se celebra el 1 de noviembre Día de Todos los Santos.

Las cometas son tan  antiguas como la pólvora, otro invento chino, usado desde el siglo IX  para  hacer fuegos artificiales y armas. “Los  barriletes  se  usaron también como un elemento bélico, que se  elevaban con pólvora o bombas con mecha  para hacerlos  detonar sobre  ejércitos enemigos”, explica el  historiador Aníbal Chajón.

¿Papel de china?

El papel de China, delgado y colorido, es la materia prima para fabricar los barriletes. Se necesitan unos 10 mil pliegos  para construir un barrilete gigante como los  de  Sumpango o y Santiago Sacatepéquez.

El papel, como la idea de las cometas, también vino de otro continente, aunque se sabe que los mayas usaron piezas de fibras naturales para algunas inscripciones.

La palabra papel   deriva del  papyrus,   usado por los antiguos egipcios, griegos y romanos.  Los chinos  fabricaron  papel a partir de los residuos de la seda,  paja de arroz, cáñamo y algodón.  

Tradición reciente

“En nuestro país los barriletes comenzaron a ‘encumbrarse’ a finales del siglo XIX y principios del XX, época que se asocia al arribo de grupos de diferentes nacionalidades, entre ellos los  asiáticos”,  explica el antropólogo Guillermo Vásquez González, en su investigación Expresiones culturales del Día de Todos los Santos en Guatemala.  “Una pintura de Augusto de  Suecia, fechada al final de los años 1900, en la que se  observa a una persona  volando un cometa, evidencia el hecho de que ya era costumbre en la Nueva Guatemala de la Asunción”, cita Vásquez.

Aunque se carece de certeza sobre el aparecimiento de esas estructuras de caña y papel en Guatemala, su procedencia asiática es innegable.

Vásquez  propone que la   orden franciscana, por medio de  su labor de evangelización en las Filipinas y otros países en el siglo XVI, habría captado hechos culturales de la antigüedad asiática. Después, con la llegada del cristianismo, los barriletes “volaron” sobre  Mesoamérica.

Chajón ubica el aparecimiento de los barriletes hacia 1850 con el arribo de emigrantes  chinos, quienes trajeron  el papel de China. Además considera que  las fiestas de Todos los Santos y Difuntos, con  los vientos otoñales del norte, son propicios para volar barrilete especialmente en  cementerios.

Tierra fértil

“No  se cuenta con evidencias, al menos arqueológica, de que hubiera una tradición o práctica de volar cometas en la época prehispánica,  lo que  refuerza el hecho de que es  una tradición reciente”, dice el arqueólogo Édgar Carpio Rezzio.

La influencia hispana halló  terreno fértil en estas tierras por su espiritualidad, y sus habitantes  empezaron a adoptar   fiestas cristianas y otros conceptos relacionados con  la muerte.

Los  indígenas rendían culto a los antepasados, y la transición a otro estado de existencia era muy tomada en cuenta, a tal punto que existían deidades relacionadas con la muerte y ritos funerarios  muy explícitos.

El antropólogo Celso Lara menciona a Aj Puch, Señor de la Muerte,  quien cuidaba el camino de los muertos hacia  Xibalbá. También la existencia de urnas funerarias y grandes construcciones, como la pirámide del Gran Jaguar,   un   templo funerario-ceremonial que se  consideraba la puerta al inframundo.

Creatividad

Los más admirados

Los municipios de Santiago Sacatepéquez y  Sumpango, en   Sacatépequez, destacan en la fabricación de barriletes gigantes, que llegan a medir hasta 20 metros de diámetro.

En Santiago  se mantiene la tradición de “encumbrarlos”, para que sean faros  que guían a los  espíritus de los difuntos a  las viviendas de  seres queridos que están en este   mundo.  

En Sumpango se ha impulsado la modalidad de exhibición y competencia, por lo que el 1 de noviembre se celebra en el campo de futbol el Festival del Barrilete, con la asistencia  de miles de visitantes y  grupos musicales.  

Los barriletes gigantes de Sumpango fueron declarados Patrimonio Cultural de Guatemala por  acuerdo del Ministerio de Cultura,   el 30 de octubre de 1998, mientras los de Santiago recibieron este reconocimiento el 19 de octubre de 1999.

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