¿Papel de china?
El papel de China, delgado y colorido, es la materia prima para fabricar los barriletes. Se necesitan unos 10 mil pliegos para construir un barrilete gigante como los de Sumpango o y Santiago Sacatepéquez.
El papel, como la idea de las cometas, también vino de otro continente, aunque se sabe que los mayas usaron piezas de fibras naturales para algunas inscripciones.
La palabra papel deriva del papyrus, usado por los antiguos egipcios, griegos y romanos. Los chinos fabricaron papel a partir de los residuos de la seda, paja de arroz, cáñamo y algodón.
Tradición reciente
“En nuestro país los barriletes comenzaron a ‘encumbrarse’ a finales del siglo XIX y principios del XX, época que se asocia al arribo de grupos de diferentes nacionalidades, entre ellos los asiáticos”, explica el antropólogo Guillermo Vásquez González, en su investigación Expresiones culturales del Día de Todos los Santos en Guatemala. “Una pintura de Augusto de Suecia, fechada al final de los años 1900, en la que se observa a una persona volando un cometa, evidencia el hecho de que ya era costumbre en la Nueva Guatemala de la Asunción”, cita Vásquez.
Aunque se carece de certeza sobre el aparecimiento de esas estructuras de caña y papel en Guatemala, su procedencia asiática es innegable.
Vásquez propone que la orden franciscana, por medio de su labor de evangelización en las Filipinas y otros países en el siglo XVI, habría captado hechos culturales de la antigüedad asiática. Después, con la llegada del cristianismo, los barriletes “volaron” sobre Mesoamérica.
Chajón ubica el aparecimiento de los barriletes hacia 1850 con el arribo de emigrantes chinos, quienes trajeron el papel de China. Además considera que las fiestas de Todos los Santos y Difuntos, con los vientos otoñales del norte, son propicios para volar barrilete especialmente en cementerios.
Tierra fértil
“No se cuenta con evidencias, al menos arqueológica, de que hubiera una tradición o práctica de volar cometas en la época prehispánica, lo que refuerza el hecho de que es una tradición reciente”, dice el arqueólogo Édgar Carpio Rezzio.
La influencia hispana halló terreno fértil en estas tierras por su espiritualidad, y sus habitantes empezaron a adoptar fiestas cristianas y otros conceptos relacionados con la muerte.
Los indígenas rendían culto a los antepasados, y la transición a otro estado de existencia era muy tomada en cuenta, a tal punto que existían deidades relacionadas con la muerte y ritos funerarios muy explícitos.
El antropólogo Celso Lara menciona a Aj Puch, Señor de la Muerte, quien cuidaba el camino de los muertos hacia Xibalbá. También la existencia de urnas funerarias y grandes construcciones, como la pirámide del Gran Jaguar, un templo funerario-ceremonial que se consideraba la puerta al inframundo.
Creatividad
Los más admirados
Los municipios de Santiago Sacatepéquez y Sumpango, en Sacatépequez, destacan en la fabricación de barriletes gigantes, que llegan a medir hasta 20 metros de diámetro.
En Santiago se mantiene la tradición de “encumbrarlos”, para que sean faros que guían a los espíritus de los difuntos a las viviendas de seres queridos que están en este mundo.
En Sumpango se ha impulsado la modalidad de exhibición y competencia, por lo que el 1 de noviembre se celebra en el campo de futbol el Festival del Barrilete, con la asistencia de miles de visitantes y grupos musicales.
Los barriletes gigantes de Sumpango fueron declarados Patrimonio Cultural de Guatemala por acuerdo del Ministerio de Cultura, el 30 de octubre de 1998, mientras los de Santiago recibieron este reconocimiento el 19 de octubre de 1999.