Comunitario

<em>Tablets </em>sustituyen cuadernos en escuela de la capital

Los niños de primaria de la Escuela República de Francia, ubicada en la zona 10 capitalina, aprenderán este año a sumar y restar por medio de una <em>tablet</em>. Los cuadernos serán cosa del pasado pues en dicha escuela ya utilizan tabletas para impartir clases. 

Estudiantes de primaria de Escuela República de Francia reciben clases utilizando tabletas. (Video Prensa Libre: AFP)

Estudiantes de primaria de Escuela República de Francia reciben clases utilizando tabletas. (Video Prensa Libre: AFP)

La directora del plantel María Cecilia de Castillo, señala que los maestros dan sus clases de matemáticas y ciencias naturales por medio de estos aparatos, desde hace año y medio. El aula virtual cuenta con 30 tablets como parte de una donación, y asegura que con el uso de ellas los niños han tenido un desarrollo en compresión y rendimiento. 

Evelin Ortíz, directora de la Dirección General de Gestión de Calidad Educativa del Ministerio de Educación, señala que la incorporación de las Tecnologías de Información y Comunicación (Tics), en el Currículo Nacional Base, se ofrecen posibilidades didácticas y pedagógicas de gran alcance para los estudiantes; reconoce que falta mucho por hacer, pues esta herramienta solo llega a un determinado sector, por la falta de acceso a internet y computadoras. Una tarea pendiente para las autoridades educativas. 

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación y Diversificación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el efecto de las Tics en el aprendizaje de los estudiantes, no se encuentra asociado únicamente a disponibilidad de computadoras, tablets u otro tipo de dispositivos. Para que estas tengan efecto se debe tomar en consideración el tipo de uso, frecuencia y lugar de uso de estos aparatos.

Falta una formación adecuada de docentes para una adaptación de estos aparatos en las aulas. Y lo más importante es que los programas educativos sean complementarios y no sustitutos de los educadores, señala Lucía Verdugo de la Unesco.
 

ESCRITO POR: