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Veto a Ley de reconocimiento a comadronas es un parto difícil

Comadronas  rechazan acción del presidente Jimmy Morales y anuncian demandas por discriminación en el Ministerio Público y en  la CIDH.

Las mujeres encargadas de la labor del parto son vistas como guías y se ganan el respeto de las comunidades. María Alejandra Raxón Gómez revisa un caso en Cerro Partido, Chinautla. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

Las mujeres encargadas de la labor del parto son vistas como guías y se ganan el respeto de las comunidades. María Alejandra Raxón Gómez revisa un caso en Cerro Partido, Chinautla. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

Vetar la ley que reconoce y beneficia la labor de las comadronas podría llevar al presidente Jimmy Morales a un proceso legal y convertir el tema en un parto doloroso.

Las parteras, también llamadas abuelas, consideran que en el razonamiento del mandatario para el veto hubo discriminación y racismo.

La denuncia será presentada no solo en el Ministerio Público (MP), sino también en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El   7 de febrero último, el Congreso aprobó el decreto 3-2017, que le dio vida al  Día de la Dignificación Nacional Iyom y/o Rati´t Ak’al —Comadrona de Guatemala—, que además autorizó un reconocimiento de Q250 mensuales, un pago que no era algo nuevo, pues durante  15 años el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) les otorgó Q50 mensuales, aunque se les entregaban, a lo sumo, dos veces al año.

Siete días después, el presidente Morales vetó el decreto, con el argumento de que el nombre estaba escrito en kakchiquel, por lo que no  representaba la coexistencia multicultural de las etnias mayas, y fomentaba la exclusión.

En la resolución se argumenta que no existe presupuesto para cumplir con el pago que se otorgó sin regulación, pues la ley vetada establecía que se debía entregar mientras se “ejerza el don y misión de comadrona”, y no establece un mecanismo para comprobar que se presta la asistencia.

Según datos del  MSPAS, cuatro de cada 10 niños que nacieron el año pasado fueron recibidos por comadronas.
Mientras tanto, el Consejo Nacional de Comadronas de Chichicastenango indicó que el 90 por ciento de los partos de esa comunidad fueron recibidos por las abuelas.

Denuncia

El diputado y abogado Amílcar Pop, de la agrupación Winaq, será quien acompañe las denuncias. Asegura que el gobernante y sus asesores habrían leído “de manera inadecuada y de mala fe” el decreto, porque “no es cierto que sea excluyente”.

“El presidente le negó el reconocimiento al trabajo a las mujeres que atendieron el 38 por ciento de los partos en 2016. Se desvaloró e irrespetó la labor de las mujeres y de los pueblos ancestrales”, condenó.

Pop, como abogado   de las comadronas, explicó que se hará un peritaje de género y étnico a la resolución de veto de Morales, para que se demuestre la desvalorización.

Las denuncias serían presentadas esta semana. Para accionar en el Ministerio Público se espera que la Corte de Constitucionalidad opine acerca de la resolución del Ejecutivo, y ese expediente se adjuntará a la CIDH, adonde se apelará aunque el Congreso revierta la decisión de Morales.

Guiadas por una estrella

La visión occidental ha reducido el trabajo de las comadronas al proceso de labor y parto de las mujeres en el área rural, pero su trabajo va más allá: son consideradas lideresas, autoridades ancestrales y consejeras.

Hugo Icú, de la Asociación de Servicios Comunitarios, explica que las comadronas no son producto de capacitaciones, sino que son “mujeres bendecidas que nacen con su misión y visión en la vida”. Icú añade que con regularidad las comadronas nacen bajo la protección de un nahual que les regala su don. Además son guiadas por un chuminal lal, que es una especie de estrella.  Estas mujeres tienen el respeto de las comunidades, concluye Icú.

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