Según la acusación de EE. UU., Lorenzana Lima almacenaba y distribuía la droga procedente de Colombia y posteriormente de El Salvador.
Es considerado por la justicia estadounidense como el cabecilla de un grupo de narcotráfico que opera en el oriente del país, junto con algunos de sus hijos.
Su trabajo era custodiar los cargamentos y entregárselos a grupos de narcotraficantes mexicanos, que los trasladaban a EE. UU.
Se aliaron
El Patriarca se alió con Otto Herrera García, el principal jefe de la organización dedicada a los estupefacientes, y era él quien proveía la droga desde Colombia para que fuera trasladada por mar a El Salvador, y luego la transportaban por Guatemala en camiones cargados con banano.
Ambos trabajaron juntos de 1999 al 2003.
Las investigaciones de la Agencia Federal Antidrogas (DEA, en inglés) señalan que la familia Lorenzana tiene conexiones con los carteles de Juárez y del Golfo.
Además, se ha establecido que controla la región de Zacapa, Chiquimula y El Progreso.
A Lorenzana Lima se le atribuye el ingreso de “miles de toneladas de cocaína” a EE. UU., desde 1999.
Según la investigación de la DEA, la droga era escondida en propiedades de Lorenzana Lima.
Al ser entregado el cargamento a México, el Patriarca recibía parte de las ganancias de ese negocio ilícito, según la DEA.
Contra su hijo Elio Lorenzana también fue autorizada la extradición a Estados Unidos por los mismos delitos. Sin embargo, se espera que terminen los trámites para que se haga efectiva su salida del país.
