Los sentenciados son el guatemalteco Francisco Cabral, el hondureño Harlin Spicer, condenados a 12 años de prisión cada uno, y Azucena Peralta, costarricense, y sentenciada a 14 años de cárcel.
El dinero se decomisó en la noche el 18 de diciembre de 2013, en un hotel de San José, cuando la Fuerza Pública atendió una llamada por exceso de ruido en una de las habitaciones.
Al presentarse en la habitación, la policía encontró que los dos hombres mantenían una fiesta y observó una bolsa de plástico similar a las de basura, que contenía US$586 mil 750 y US$299.
Un mes después de los hechos, Azucena Peralta se presentó a interponer una denuncia por el supuesto delito de estafa, al indicar que había sido engañada por uno de los dos hombres, que la enamoró y le pidió prestado el dinero decomisado en el hotel para la compra de una finca.
“La acusada pretendió justificar el dinero alegando que provenía de una tienda de ropa que mantenía, pero la Fiscalía demostró que trataba de utilizar su empresa como fachada para legitimar capitales de la narcoactividad y dirigir las operaciones delictivas en Costa Rica”, dijo en la nota Osvaldo Henderson, fiscal adjunto de legitimación de capitales.
El Tribunal acogió la petición de la Fiscalía y ordenó el comiso del dinero, el cual se encuentra depositado en las cuentas del Instituto Costarricense sobre Drogas.
Las tres personas sentenciadas permanecen en prisión preventiva mientras la condena adquiere firmeza.
