“Su fianza está aprobada. Puede ser liberado”, dijo Levy a Trujillo luego de que la fiscalía obtuviese la confirmación del depósito de una parte “sustancial” de la fianza acordada con el abogado defensor, Florian Miedel.

La fianza, además de los US$4 millones, de los cuales US$650 mil fueron en efectivo, incluye estrictas condiciones como arresto domiciliario en Nueva Jersey no lejos de los tribunales, vigilancia electrónica y la entrega del pasaporte a las autoridades estadounidenses.

El pasado 30 de diciembre, Trujillo se declaró inocente de los ocho cargos en su contra, vinculados con sobornos cobrados para la venta de los derechos de marketing de partidos clasificatorios para la Copa del Mundo en América Central.

Vestido con camiseta color marrón y pantalones azules, Trujillo, de cabello canoso crecido y gafas, se dio vuelta en un momento y lanzó unos besos a familiares que estaban en la sala.

Según la fiscalía, Trujillo no debía ser liberado sin las garantías debidas, ya que existía el riesgo de que regrese a Guatemala donde tiene “lazos fuertes” y “acceso a recursos”, por su cargo de juez suspendido, elementos que volvían incierta su extradición.

De su lado, el abogado defensor hizo hincapié en el hecho de que el acusado ha estado desde su arresto en prisiones en varias partes de Estados Unidos, como Oklahoma, y que fue colocado en un calabozo al llegar al centro de detención en Nueva York. 

Policía busca a Jiménez

La Policía Nacional Civil y la Interpol, buscan al presidente de la Federación Nacional de Fútbol de Guatemala (Fedefutbol) Brayan Jiménez, implicado junto a Trujillo en un escándalo por corrupción en la FIFA.

La detención de Jiménez con fines de extradición fue solicitada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que lo acusa de los delitos de criminalidad organizada y lavado de dinero, por su supuesta participación en un nuevo caso de corrupción dentro de la FIFA.
 
Según la Justicia estadounidense, como presidente de la Federación, Jiménez aceptó junto con Trujillo, secretario general de la entidad, un soborno de “seis dígitos”  por los contratos de televisión de los partidos de calificación para el Mundial de 2018.
 
En este caso también se implica al guatemalteco Rafael Salguero, exalto dirigente de la Confederación Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol  (Concacaf) y de la FIFA.
 
En febrero de 2014, Jiménez y Trujillo negociaron con la empresa Media World un nuevo acuerdo por los derechos de televisión para la clasificación al mundial de Qatar 2022, por el cual ambos recibirían un pago de 200 mil dólares.
 
Jiménez percibiría, según la investigación del Departamento de Justicia, otros 200 mil dólares adicionales.