Guatemala

Cien días de gobierno: Evaluación a educación y salud

Analistas evalúan las acciones adoptadas en materias de educación y salud después de cien días de gobierno.

Maestros lograron un plan de retiro que será financiado por los contribuyentes. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Maestros lograron un plan de retiro que será financiado por los contribuyentes. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

En este ejercicio participan el Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac), el Centro para el Análisis de las Decisiones Públicas  (Cadep) de la Universidad Francisco Marroquín  y la  Dirección de Incidencia Pública (DIP) de la Universidad Rafael Landívar.

También opinan la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), el Movimiento Semilla, el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif) y el Comité de Unidad Campesina (CUC).

  • IPNUSAC

Al tomar posesión el nuevo gobierno, la atención mediática estaba centrada en la llamada “crisis de salud”. La deuda de arrastre, el pago de salarios atrasados, el desabastecimiento y el cierre de servicios ocupaban las primeras planas y la movilización de médicos buscaban enviar un mensaje contundente al nuevo gobierno. El presidente Morales respondió anunciando la donación de una cantidad muy significativa de medicamentos que a las postrimerías ha representado un desgaste político por haberse evidenciado entre ellos la existencia de medicamentos vencidos.

Cien días después, los problemas en la red pública de salud siguen siendo los mismos, los problemas en los dos hospitales más importantes del país continúan y sus médicos ya están saliendo a las calles a denunciar ante la impotencia de tener que salvar vidas sin contar con los insumos necesarios para ello. El pago de salarios atrasados ha mermado, pero las demandas por el cumplimiento del pacto colectivo recién empiezan.

El pago de la deuda de arrastre se ha hecho a expensas de lo asignado para este año, por lo que se prevé que en un plazo muy corto se agoten los escasos recursos asignados para este año, lo que podría traer consecuencias nefastas para la población guatemalteca, que sigue sobreviviendo, con una red de servicios públicos colapsada por causa de un abandono histórico y sistemático.

Pese a esto, no hay evidencia de un plan específico que denote que las autoridades tienen  claridad de hacia dónde quieren llevar a la salud pública del país y la apuesta por la “caridad” se sigue perfilando como la única política pública que se tiene realmente clara.

  • Cristian Álvarez, analista de CADEP – UFM

El problema de fondo no se resuelve. No hay una verdadera competencia en los procesos de compras que permita que los precios bajen. Creo que necesita de una reingeniería total, y no veo capacidad de sus líderes para llevar a cabo ese cambio.  Hay que cambiar el escalafón de salarios, mejorar los procesos de compras, de manejo de inventarios, de controles contra la corrupción. Y eso demanda enfrentarse con grupos que tienen mucho poder, como sindicatos y farmacéuticas.

Es un tema que este gobierno no estará en capacidad de resolver.  Las donaciones no resolvieron el problema.

  • Víctor Gálvez, director de Incidencia Pública URL

Al entrar en temas sectoriales –como la salud, la seguridad y la educación–, se encuentran problemas graves, muchos de los cuales son de arrastre. Es decir, no se originan en esta administración (ni en las dos anteriores) sino que son heredados y su complejidad ha ido en crecimiento, al igual que la magnitud y dificultad de su solución. Aunque sea difícil colocar un año preciso de inicio d este cumulo de problemas, es posible señalarles un momento de inflexión, en el que se deterioró la situación, dentro de una espiral semejante a una “carrera sin retorno”. 

Este momento es el que siguió a la suscripción de los acuerdos de paz y a las primeras administraciones subsiguientes. El año 2000 se convirtió así, en un emblemático “parteaguas” para los problemas de seguridad y por extensión, de salud y educación. Ello se debió a una acumulación de problemas contextuales (el crecimiento de cuerpos clandestinos reciclados del enfrentamiento armado, el incremento del narcotráfico y del crimen organizado en la región, que al principio no se percibía como un “peligro” sino hasta como una “inyección“ monetaria en la economía y eventual “fuente” de empleo). A ello se añadieron las pandillas y “maras” (que también fueron vistas como expresiones de rebeldía y de crítica ideológica antes de pasar a ser funcionales a las estructuras criminales y luego, autonomizarse de ellas).

La ausencia de un enfoque que percibiera los acuerdos de paz como un punto de partida para continuar los compromisos y desenvolverlos a través de nuevos arreglos, alianzas y estrategias compartidas, en vez de un listado exhaustivo de “obligaciones abstractas e irrealizables” y de una estrategia de “cambio para que todo siga siendo igual”, cercenó las posibilidades de avanzar y preparar las condiciones que hubieran permitido hacer de la paz, algo práctico y útil para el cambio real y no solo semántico e ilusorio. Así, se perdieron las oportunidades para un nuevo enfoque educativo y un nuevo modelo de salud, que exigían un Estado diferente y renovado. La lógica del “todo o nada” impidió acercamientos, alianzas y nuevos acuerdos para continuar y desenvolver los compromisos de la paz. Como resultado: se despilfarró la paz como dijo un investigador jesuita.

En un contexto como el anterior, se empezaron a acumular los déficits y las insuficiencias de los sistemas educativo y de salud, mientras crecía la criminalidad, la inseguridad ciudadana, las policías particulares, los guardaespaldas y las extorsiones. Así las cosas, a la administración actual le corresponde no “resolver lo imposible” (que otros gobiernos acumulativamente tampoco han logrado), sino enviar mensajes claros y ciertos sobre los enfoques y las políticas que con los que abordará estos gravísimos problemas, para devolver la esperanza y la credibilidad de una ciudadanía desencantada e incrédula. Este es un punto esperado y posible en los 100 primero días. Pero se requiere capacidad para elaborar y trasladar los mensajes a la ciudadanía.

  • Asíes

La crisis de salud sigue agravándose y el abastecimiento de insumos en hospitales sigue siendo una de las grandes tareas pendientes. No se vislumbran acciones concretas en lo inmediato para solucionar los problemas en esta cartera.

  • Elena Díez y Juan Alberto Fuentes Knight, del Movimiento Semilla

Lo más  visible es el tercer nivel de salud que son los hospitales, se ve la gravedad, pero es la punta del iceberg. Además, son más de cuatro millones de niños que no se vacunaron el año pasado, eso no puede pasar. El primer nivel de tención está descalabrado.

El acceso a la salud que es un derecho fundamental, pero el Estado está incapacidad de darla, por razones de presupuesto y de orden.

  • José González – Campo, presidente de Cacif

Es un reto enorme. La salud de los guatemaltecos es una responsabilidad primaria del Estado y es un área en la que urgen acciones decisivas, sobre todo en el tema de abastecimiento de medicinas, fortalecimiento del sistema de atención primaria y los procesos para adquisición de suministros y contratación de personal. Para el sector privado, también los temas de vacunación y atención a la desnutrición son vitales y esperamos un seguimiento adecuado.

  • Daniel Pascual y Aracely Saucedo, dirigentes del CUC

El tema del desabastecimiento de medicamentos e insumos necesarios es un gran problema. Después se dio la controversia por las donaciones. La falta de liquidez sigue manteniendo en crisis el sistema de salud y educación.

  • Educación

IPNUSAC

En educación no hay una propuesta novedosa para cambiar el rumbo educativo del país. Se continúa con la misma inercia de administraciones pasadas. Existe un interés por afrontar la problemática de cobertura, recurriendo a actores externos como alcaldías, fundaciones, ONG, etc., pero la iniciativa corre el riesgo de ser insuficiente.

Se administra la crisis, pero no se conoce un plan, una propuesta o iniciativa para frenar, ni revertir los aspectos negativos que afectan el sistema educativo en su conjunto, como pueden ser: abandono escolar, déficit en infraestructura, reducción de cobertura, calidad, abandono de básico de diversificado, deserción escolar, falta de oportunidad para niñas, deficiencia cobertura de la educación bilingüe intercultural y falta de recursos económicos, entre otros aspectos.

  • Cristian Álvarez, analista de CADEP – UFM

Muy parecido a salud. La forma de educar ha cambiado en los últimos 15 años de forma radical, y la educación pública sigue sin cambiar.  La Reforma del PP no dio resultados y la cartera de Educación no ha planteado ninguna reforma o plan concreto.

  • Víctor Gálvez, director de Incidencia Pública URL

Al entrar en temas sectoriales –como la salud, la seguridad y la educación–, se encuentran problemas graves, muchos de los cuales son de arrastre. Es decir, no se originan en esta administración (ni en las dos anteriores) sino que son heredados y su complejidad ha ido en crecimiento, al igual que la magnitud y dificultad de su solución. Aunque sea difícil colocar un año preciso de inicio d este cumulo de problemas, es posible señalarles un momento de inflexión, en el que se deterioró la situación, dentro de una espiral semejante a una “carrera sin retorno”. 

Este momento es el que siguió a la suscripción de los acuerdos de paz y a las primeras administraciones subsiguientes. El año 2000 se convirtió así, en un emblemático “parteaguas” para los problemas de seguridad y por extensión, de salud y educación. Ello se debió a una acumulación de problemas contextuales (el crecimiento de cuerpos clandestinos reciclados del enfrentamiento armado, el incremento del narcotráfico y del crimen organizado en la región, que al principio no se percibía como un “peligro” sino hasta como una “inyección“ monetaria en la economía y eventual “fuente” de empleo). A ello se añadieron las pandillas y “maras” (que también fueron vistas como expresiones de rebeldía y de crítica ideológica antes de pasar a ser funcionales a las estructuras criminales y luego, autonomizarse de ellas).

La ausencia de un enfoque que percibiera los acuerdos de paz como un punto de partida para continuar los compromisos y desenvolverlos a través de nuevos arreglos, alianzas y estrategias compartidas, en vez de un listado exhaustivo de “obligaciones abstractas e irrealizables” y de una estrategia de “cambio para que todo siga siendo igual”, cercenó las posibilidades de avanzar y preparar las condiciones que hubieran permitido hacer de la paz, algo práctico y útil para el cambio real y no solo semántico e ilusorio. Así, se perdieron las oportunidades para un nuevo enfoque educativo y un nuevo modelo de salud, que exigían un Estado diferente y renovado. La lógica del “todo o nada” impidió acercamientos, alianzas y nuevos acuerdos para continuar y desenvolver los compromisos de la paz. Como resultado: se despilfarró la paz como dijo un investigador jesuita.

En un contexto como el anterior, se empezaron a acumular los déficits y las insuficiencias de los sistemas educativo y de salud, mientras crecía la criminalidad, la inseguridad ciudadana, las policías particulares, los guardaespaldas y las extorsiones. Así las cosas, a la administración actual le corresponde no “resolver lo imposible” (que otros gobiernos acumulativamente tampoco han logrado), sino enviar mensajes claros y ciertos sobre los enfoques y las políticas que con los que abordará estos gravísimos problemas, para devolver la esperanza y la credibilidad de una ciudadanía desencantada e incrédula. Este es un punto esperado y posible en los 100 primero días. Pero se requiere capacidad para elaborar y trasladar los mensajes a la ciudadanía.

  • Asíes

Se observa un período de reacomodo como equipo en las autoridades del ministerio de educación, producto de la conformación sobre la marcha de equipos de trabajo proveniente de diversos sectores. Muy recientemente se nombran algunos nuevos directores de unidades y está en proceso el nombramiento de supervisores.

Como producto de lo anterior, y por ser un gobierno que llega inesperadamente sin un plan de trabajo desarrollado, que es hasta ahora que se empiezan a diseñar los grandes estratégicos (hacia dónde van a priorizar sus esfuerzo), aunque en la opinión pública no se advierte con claridad la forma de hacer operativos esos ejes (el cómo lo van a realizar).

Se encuentran limitados financieramente, arrastrando deudas pasadas, lo que les obligará a realizar ajustes presupuestales ante las múltiples necesidades y carencias que afronta el sistema educativo.

En este corto tiempo las autoridades ministeriales, han sido citados constantemente por bancadas del Congreso de República, más para responder a temas puntuales de coyuntura o hechos puntuales, lo que les hace no focalizar sus esfuerzos en el desarrollo de sus planes a mediano y largo plazo.

A las nuevas autoridades ministeriales el principal sindicato del Magisterio les ha concedido un periodo de gracia en materia de demandas laborales y educativas, que pueden aprovechar para focalizar sus prioridades.

El nuevo ministro es un técnico y académico, con habilidad técnica y política, que no viniendo del partido oficial, tendrá que aprender a navegar en medio de los cuestionamientos de la oposición en el Congreso y probablemente de algunos miembros del mismo partido oficial.

  • Ricardo Barrientos y Enrique Maldonado, economistas de ICEFI

Hubo un cambio de discurso al pasar de negar la caída en la matricula, a reconocer que en realidad sucedió. Se habla de que se trabajará para los excluidos del sistema educativo, los cuales llegan a 4.0 millones (Encovi 2014).

Sin embargo, ello requerirá recursos y con una administración tributaria debilitada eso será difícil, adicionalmente los cambios radicales en materia educativa no parecen afrontarlos, por ejemplo:
Que los docentes del sistema extraescolar tengan las mismas condiciones laborales que los del sistema escolarizado. Básicamente los primeros son por contrato y sin prestaciones laborales y sin materiales de apoyo.

Así es imposible atender al millón de adolescentes sin acceso a la educación.
Además el sistema de información que se posee en la Dirección General de Educación Extraescolar es en extremo débil, función que debería ser atendida por la Dirección de Planificación.

Sin información y sin recursos es sumamente complejo planificar al punto que los supervisores en la Digeex están contratados de lunes a viernes pero muchos docentes impartes clases los sábados sin supervisión.

Se es consciente de que en 100 días no se podrán resolver los grande problemas educativos del país, pero por lo menos se debería saber administrar bien los recursos, lo cual implica que el Ejército no debería estar haciendo escritorios, no es su función.

  • Elena Díez y Juan Alberto Fuentes Knight, del Movimiento Semilla

Se ha retrocedido en cobertura alrededor del 15 por ciento. Los niños están dejando de ir. No ven en la escuela nada de atractivo, no solo es difícil económicamente ir a las escuelas, sino que también  hay un gran problema en la asistencia de los maestros, en cuestiones curriculares, que no responde a las necesidades del país.

  • José González – Campo, presidente de Cacif

Acá también hay retos importantes. Hasta el día de hoy no hemos visto planteamientos claros de lo que se quiere hacer y cuáles serán las políticas que ayudarán a mejorar la calidad educativa, el cumplimiento de la meta de 180 días de clase ni cómo se fortalecerá la infraestructura del sistema.

  • Daniel Pascual y Aracely Saucedo, dirigentes del CUC

No vemos un plan de crecimiento en cobertura de educación. Es un faltante constante en el campo, más escuelas formales, más maestros y maestras para la educación. No vemos por dónde ellos van a cumplir esta obligación y ampliar la cobertura.

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