Lo más preocupante no es tanto la elección de Arzú con 90 votos, dijo Morales, sino un escenario en el que la alianza reúna 105 votos e intente reformar el mandato de la Cicig, que desataría un repudio popular similar o mayor al de septiembre cuando se intentó el Pacto de Corruptos.

El politólogo José Carlos Ortega matiza este panorama y hace un llamado a no interpretar la coyuntura política como “una lucha entre buenos y malos”.

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“Lo que debemos demandar de los diputados es cuentadancia, que respondan por los fondos que administran,  en este momento en ambos lados  dan cuenta a sus partidos y financistas”, expuso Ortega.

Para el politólogo “esta alianza no esta para aprobar todas las leyes que se han comentado,  el Congreso se va a ir moviendo con los actores de distintas bancadas en relación con un interés específico, no va a ser muy granítico esto”.

Agenda legislativa

Es necesario impulsar una agenda legislativa que responda a las principales demandas de la población, entre ellas, generar mayores oportunidades de empleo, dijo Morales.

Morales resalta: “lo que preocupa es que un fuerte golpe a la economía es vivir en una sociedad con política corrupta, pero si no hay certeza en el estado de Derecho y en el imperio de la Ley, seguiremos siendo un país en vías de desarrollo”.

A criterio de Ortega, la agenda de leyes económicas esbozadas por el presidente del Congreso, Álvaro Arzú Escobar, en la toma del cargo,  se discuta durante su presidencia; pero aclaró que la alianza, que reúne a bloques como Todos, Movimiento Reformador, Alianza Ciudadana e independientes se haya concretado para impulsar estas leyes.

apelación “patriotera”

Para Manuel Villacorta, doctor en Sociología Política,  las apelaciones al nacionalismo protagonizadas por diputados como Estuardo Galdámez, de FCN-Nación, y Felipe Alejos, de Todos, quien ayer hizo un llamado a usar “corbata azul” y manifestarse por la soberanía son “patrioteras y oportunistas”.

Alejos, investigado por el caso Traficantes de Influencias, expresó en un audio filtrado el miércoles pasado: “Avísenles a todos los miembros de su bancada que por favor lleven una corbata azul”. No todos siguieron su llamado.

Villacorta indicó que estas expresiones “pretenden apelar a los valores cívicos de la sociedad guatemalteca para apuntalar un movimiento que no tienen ningún interés social, sino que  busca  preservar el status quo, un modelo arcaico de corrupción que se niega a desaparecer”.

Para la politóloga María Alejandra Morales, desde la revelación del caso que involucra a Alejos, la alianza de bancadas oficialistas se ha vendido “como la derecha” y ha articulado una narrativa que ha incidido en la sociedad conservadora.

Nefasta atomización

Según Villacorta, la actual crisis política muestra  aspectos  fundamentales del Congreso: “primero está revelando un nefasto pluripartidismo extremo, lo que implica altos niveles de fragmentación, atomización y por lo tanto una gravísima  falta de representación social, ese es el perfil básico de la radiografía político partidaria del Congreso”.

Villacorta concluye que la elección de la Junta Directiva “sella una alianza entre el Legislativo y Ejecutivo, cuyo primer paso sería reacción a los procesos de transformación, básicamente a la lucha contra la corrupción, y los efectos para la institucionalidad  pueden ser muy severos”.

Los analistas coinciden en que hay que estar vigilantes con esta alianza oficialista en el Congreso, ya que ha sido muy cuestionada por la ciudadanía.