Este escenario coincide con el respaldo que ha brindado el alcalde capitalino, Álvaro Arzú Irigoyen —padre de Arzú Escobar—, al presidente Morales, en medio de una crisis institucional que se desató al declarar no grato a Iván Velásquez, jefe de la Comisión Internacional Contra la Corrupción en Guatemala (Cicig), así como la investigación de la Comisión y el Ministerio Público en contra del alcalde capitalino.
En el caso de Conde Orellana su mención se deriva de que maneja una línea de pensamiento parecida a la del partido oficialista.
Elección
Debido a que en este momento la prioridad del oficialismo es aprobar el presupuesto —el plazo para aprobarlo termina hoy a la medianoche— la elección de la Junta Directiva se efectuaría la próxima semana.
Aunque no se conoce la nómina, podría estar integrada además de FCN-Nación, por miembros de los partidos que los apoyaron el martes a levantar la sesión permanente: las bancadas Movimiento Reformador, Alianza Ciudadana, Todos y Unión del Cambio Nacional.
Si el presupuesto es aprobado habría una reunión de jefes de bloques el próximo lunes, en la que se convocaría a una plenaria extraordinaria para el martes o jueves y entonces se consumaría la elección.
Carlos Barreda, subjefe de la opositora bancada Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), indicó que están en contra de cualquier alianza oficialista.
“La UNE no apoyará ni el presupuesto ni la Junta Directiva. Consideramos que esta alianza que se avizora ha paralizado las reformas más importantes y toda la dinámica que se traía del 2016”, dijo Barreda.
Pacto de corruptos
Para Cristhians Castillo, analista político, la posibilidad de elegir a Arzú Escobar sería un claro indicio de una reedición del pacto de impunidad.
“Hay que recordar la investigación contra su padre, Álvaro Arzú. Esto es un pésimo mensaje y podría preparar una contraofensiva en un momento en el que hay un pulso entre clase política y ciudadanía”, refirió el politólogo del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac).
Para Castillo, la candidatura de Conde representaría a la línea más conservadora de la política guatemalteca, pero su probable defensa de una línea proimpunidad sería “menos orgánica”, que en el caso de Arzú Escobar.