Se acercaban las 12 de la noche, y aunque en otros países que recibieron primero el 2000 se reportaba que el efecto Y2K no se había hecho presente, en Guatemala  el personal que desde hace meses venía trabajando en planes de contingencia, esperaba con nerviosismo la posible llegada del temido error.

El reloj marcó la hora exacta, y cuando afuera de los centros de control se escuchaban los estruendos de cohetillos y juegos pirotécnicos, los técnicos y personal auxiliar respiraron profundo, al establecer que el sistema computarizado registró con normalidad el cambio de 1999 a 2000.

Los servicios bancarios, de telecomunicaciones, aeronáutica y electricidad funcionaron sin inconvenientes; inclusive, en el Aeropuerto Internacional La Aurora ingresó un vuelo sin problemas. La telefonía fija y celular, análoga y digital, no afrontó fallas de acuerdo con las autoridades de Telgua.

Algunos apagones se registraron en la zona 2 capitalina y Sololá, pero por problemas ajenos. El sector energético del país operó sin sobresaltos. El equipo técnico monitoreó el sistema que controlaba la totalidad de la red, y no reportó inconvenientes. Al igual que con el sistema de telecomunicaciones, se dieron incidentes mínimos pero debido a la demanda.

A las 00.01.30, Daniel Tuc, oficial del Servicio de Información de Aeronáutica Civil, exclamó “pasamos la prueba”, luego de haber permanecido atento ante cualquier trastorno en las computadoras al llegar al año 2000. Si no hubo tantos vuelos fue porque muchos se abstuvieron de viajar a esa hora. En el Aeropuerto, el plan de contingencia se inició a las 9 horas del viernes 31 de diciembre, se reportó.

Bancos

Las redes informáticas de los distintos bancos del sistema tampoco afrontaron contratiempos, pero mantuvieron el monitoreo en cajeros automáticos, ya que eran en ese entonces los aparatos más modernos computarizados.

“Lo maravilloso de todo fue que la población supo responder, no hubo pánico, lograron mantener la calma y eso ayudó bastante”, expresó Roberto Montano, coordinador de la Comisión Nacional de Emergencia Informática 2000; ya que se temía que los guatemaltecos se volcaran a retirar sus ahorros a los bancos, a las gasolineras a llenar los tanques, a los supermercados a comprar provisiones ante la anomalía informática.