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Hechos de la Independencia Patria

La historia oficial nos dice que el 15 de septiembre de 1821, Guatemala era libre, soberana e independiente, luego de estar bajo el dominio español durante casi 300 años. Antes de esa fecha ocurrieron varios hechos para llegar a ese estatus.

Pintura alegórica a la firma de la independencia. (Foto: Hemeroteca PL)

Pintura alegórica a la firma de la independencia. (Foto: Hemeroteca PL)

En 1808, los artesanos del barrio de San Sebastián protestaron al grito de “abajo los chapetones” y “viva Guatemala libre”. Estaban inconformes porque las autoridades habían autorizado a los grandes comerciantes importar telas sin pagar impuesto.

Sin embargo, se acusó al poeta Simón Bergaño y Villegas y al barbero Agustín Vilches de haber instigado a la rebelión.
A Vilches se le condenó en 1809 a ser confinado en prisión en algún lugar de la península ibérica.

La conjura

El 21 de diciembre de 1813 se produjo la captura de varios implicados en un presunto plan de Independencia, hoy conocido como la Conjura de Belén. Desde el 28 de octubre se habían celebrado varias reuniones secretas en la celda
prioral del Convento de Belén, organizadas por fray Juan de la Concepción. En la misma participaron varios religiosos,
militares y seglares, quienes juraron mantener en el más completo sigilo todo lo conversado.

Al parecer, se leyó una proclama, probablemente la que lanzó en México el cura José María Morelos, y se habría mencionado la posibilidad de sustituir al presidente José de Bustamante. A principios de noviembre hubo una segunda junta en casa de Cayetano y Mariano Bedoya, hermanos menores de doña Dolores Bedoya de Molina y, por lo tanto,  cuñados del doctor Pedro Molina. En esta nueva reunión se eligió para presidir el grupo a fray Juan, y estuvieron presentes los tenientes del Batallón de Fijo José de la Llana y Mariano Sánchez quienes, junto con el también teniente Joaquín Yúdice, serían los denunciantes de la conjura.

No está claro si hubo un verdadero plan revolucionario, ya que no se encontró documento alguno. Sin embargo, el teniente De la Llana afirmó haberlo visto y que se proyectaba un levantamiento para la noche del 24 de diciembre, para lo cual se esperaba contar con la complicidad de las guarniciones militares. El objetivo era destituir a Bustamante y
liberar a quienes se encontraban presos por haber participado en un levantamiento de Granada, Nicaragua.

Aquel 21 de diciembre, las autoridades allanaron el convento y aprisionaron a todos.

En septiembre de 1814 recibieron sentencia los capturados el 21 de diciembre de 1813 en el Convento de Belén, acusados de conjurar contra el Gobierno. Quince fueron condenados a la pena de muerte, de los cuales, cuatro por garrote y 11, ahorcados; entre ellos se encontraban los hermanos Bedoya, quienes dijeron que se trataba de simples
tertulias “en que cada uno expresaba con libertad sus opiniones sobre el gobierno de las cortes y, especialmente sobre el capitán general (José de Bustamante)”, a quien señalaron de exagerar los alcances de la reuniones de Belén.

Ninguno fue ejecutado, y todos fueron liberados en 1818, junto con los presos de otro movimiento pro independencia
ocurrido en Granada, Nicaragua, en diciembre de 1811.

El Rey de los indios

La noche del 11 de julio de 1820, el alcalde mayor de Totonicapán y Huehuetenango dejó el pueblo de San Miguel Totonicapán luego de que los indígenas amotinados amenazaran con decapitarlo, ya que lo consideraban ladrón, por los tributos que exigía. Al frente del movimiento figuraba Lucas Aguilar, agricultor de 59 años, quien convocó a los pueblos vecinos (San Cristóbal, San Francisco El Alto, San Andrés Xecul y Momostenango) a que no pagaran impuesto; junto a él se encontraba Atanasio Tzul, de 60 años, muy respetado por la población.

Por siete años este había sido “justicia” y recaudaba impuestos, pero sólo colectaba los pagos comunitarios, y no los Reales Tributos. Al quedar desierta la Alcaldía, la noche del 12 de julio, Atanasio Tzul fue coronado rey, y Lucas Aguilar, presidente.

En la celebración hubo corrida de toros (a la que Tzul asistió vestido como español), procesión y fuegos artificiales. Veintitrés días duró este “reinado”, pues el comisionado Prudencio de Cózar fue designado para retomar el pueblo al
frente de mil soldados.

Esto ocurrió el 3 de agosto, bajo una lluvia de piedras y palos. Tzul, Aguilar y otros cabecillas fueron capturados, y enfrentaron juicio en Quetzaltenango. El 25 de enero de 1821 se acogieron a un indulto concedido por el Rey de España, y les fue concedida la libertad el 1 de marzo siguiente.

Libertad de prensa

Gracias a la Libertad de Prensa consignada en la Constitución de Cádiz fue posible la publicación de El Editor Constitucional, cuyo primer número salió el 21 de julio de 1820. El periódico era redactado por el doctor Pedro Molina,
con quien colaboraban criollos ilustrados. El teniente Manuel Montúfar se encargaba de las “noticias”.

Presentaban ideas relativas a la necesidad de independencia y sucesos en otros países del continente, además de alguna contribución literaria. Los españolistas y peninsulares reaccionaron ante esta publicación, y fue así como
surgió El amigo de la Patria, redactado por el intelectual hondureño José Cecilio del Valle, fiscal del Gobierno. En
agosto de 1821, Molina le cambió el nombre a El Editor Constitucional, por El Genio de la Libertad.

Se consuma el Plan Pacífico

El acta de Independencia firmada el 15 de septiembre de 1821, en el Real Palacio, tras acalorada sesión, dejó en el cargo al mismo jefe político Gavino Gaínza.

Así estaba previsto en el Plan Pacífico de Independencia, elaborado en agosto de 1821, por Juan José y Mariano Aycinena, Pedro Molina y Francisco Barrundia, con el fin de crear condiciones adecuadas para que las mismas autoridades del Reino de Guatemala decidieran la separación de España.

En el fondo querían garantizar la continuidad del sistema político y económico. A la reunión, convocada desde la tarde del 14, asistieron autoridades civiles, militares y religiosas. Solo 23 estuvieron de acuerdo con la Independencia, y
al final únicamente 13 firmaron; otros se retiraron, entre ellos el obispo Ramón Casaús y Torres, férreo opositor; los partidarios de la emancipación, reunidos en los corredores del Palacio, le gritaron y jalonearon.

Según algunas crónicas, Dolores Bedoya mandó traer una marimba, para atraer gente, pero otros, como Miguel García Granados, afirmaron que la plaza estaba desierta.

El Plan Pacífico contemplaba una amplia celebración popular, pero aquella tarde del 15 un torrencial aguacero obligó a todos a marcharse a su casa. El 16 de septiembre se envió un aviso a todas las municipalidades.

Anexión a México

El 18 de septiembre, Gavino Gaínza escribe al autonombrado emperador mexicano Agustín de Iturbide, para lograr la anexión a México, aunque en el acta de Independencia se había anotado que tal decisión solo podría tomarla un congreso de las provincias. El 5 de octubre, Gaínza recibe una carta en la que Iturbide les “invita” a unirse al Imperio Mexicano.

El 18 de octubre llega otra en la que les decía que había enviado tropas a la frontera con Guatemala. Algunos firmantes
del acta se oponían a la anexión.

El 5 de enero de 1822, a las 8 de la noche, la Junta Provisional Consultiva aprueba el acta de unión al Imperio Mexicano,
por ocho votos a favor y cuatro en contra. Gaínza declara el 9 de enero sedicioso a quien hable mal de la anexión; estaba
prohibido hablar del tema en la calle; los ciudadanos debían denunciar cualquier oposición.

En Chiquimula desconocieron en cabildo abierto a las autoridades de la capital, pero fueron intimidados por el Ejército. En El Salvador y Nicaragua hubo brotes opositores a la anexión.

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