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Figuras Olímpicas: Jesse Owens

Jesse Owens, un atleta afroamericano de Estados Unidos, asestó un demoledor golpe a los sueños de Hitler sobre la supremacía blanca, al triunfar en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936.

Jesse Owens durante los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. (Foto: Hemeroteca PL)

Jesse Owens durante los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. (Foto: Hemeroteca PL)

Owens, un ex lustrabotas, dotado con verdaderas alas en sus talones, con sus logros estimuló a otros miembros de su raza a seguir sus pasos.

Owens colecciono? cuatro medallas de oro para Estados Unidos en las olimpiadas de Berli?n mientras Hitler se encolerizaba y abandonaba abruptamente el estadio oli?mpico de la capital germana. 

Quince meses antes, Owens consiguio? una increi?ble hazan?a en el atletismo al quebrar cinco re?cords mundiales e igualar un sexto.

El di?a en que destrozo? las marcas fue el 25 de mayo de 1935 cuando siendo estudiante de la universidad de Ohio participo? en el denominado torneo “Big Ten”, que en la pra?ctica era el campeonato del medio oeste de las universidades de Estados Unidos.

Los aficionados pestan?aron incre?dulos cuando el delegado y espigado negro hizo trizas los re?cords en menos de una hora, pese a que habi?a manifestado que no se senti?a bien.

Una de las marcas mundial establecidas ese di?a —su salto de longitud de 8.2 metros— permanecio? vigente por un cuarto de siglo.

En Berli?n, Owens gano? las carreras de 100 a 200 metros planos, el salto largo y una cuarta medalla de oro como integrante del equipo de relevo 4 por 100. 

Owens retorno? cargado de gloria a Estados Unidos, pero su trayectoria como amateur termino? abruptamente. El acepto? ofertas para ingresar al profesionalismo despue?s de so?lo 15 meses de llegar al pina?culo de su carrera como aficionado, principalmente porque necesitaba dinero.

Para entonces ya un nombre familiar, Jesse Owens partici- po? en carreras de exhibicio?n en estadio de beisbol e incluso realizaba picadas contra caballos. Ma?s tarde contribuyo? a promover giras del famoso equipo de basquetbol, Harlem Globetrotters.

Owens habi?a nacido en Danville, Alabama, el 12 de septiembre de 1913, era el segundo de una familia de ocho hermanos, tres de los cuales murieron en la nin?ez.

Owens no teni?a primer nombre, so?lo las iniciales J. C. que le fueron dadas por su padre, un agricultor medianero en los campos de algodo?n de Alabama.

Cuando Owens teni?a siete arios, la familia se traslado? a Cleveland, Ohio, despue?s que la cosecha de algodo?n se deprimio? y no habi?a ma?s dinero.

En Cleveland, el entonces ti?mido Jesse fue a la escuela y cuando su profesora Blanca le pregunto? su nombre, respondio?: “J. C. Owens”. De ahi? la maestra lo llamo? definitivamente Jesse Owens.

Jesse se convirtio? en lustrabotas en su tiempo libre, con la ambicio?n de tener su propia tienda de zapatos cuando creciera. Ma?s tarde, cuando se matriculo? en la escuela secundaria de Fairmount, Owens llamo? la atencio?n del entrenador deportivo, Charles Riley, quien lo persuadio? para que entrenara para las competencias de atletismo.

En 1933, igualo? el re?cord mundial de 9.4 segundos para las 100 yardas en un torneo interescolar en Chicago, y aunque muchos colegios le ofrecieron una plaza, prefirio? permanecer cerca de Casa y Riley, y asistir a la Universidad de Ohio.

Fue como juvenil, representando a la Universidad de Ohio, que Owens logro?, su primera marca mundial. En una compatencia en Evanston, Illinois, establecio? un nuevo re?cord para las 220 yardas con vallas —22.9 segundos—el 18 de mayo de 1935.

Una semana despue?s, en el campeonato “Big Ten” en Annarbor, Owens llevo? a cabo la hazan?a que asombrari?a al mundo deportivo.

El recordo? que ese sa?bado no se senti?a bien del todo. Teni?a dolor a su espalda a rai?z de la cai?da de una silla en una celebracio?n universitaria y le estaba provocando problemas.

Pese a las sugerencias del te?cnico del equipo para que desistiera de participar, el atleta decidio? pro?bar en las 100 yardas y ver co?mo se senti?a.

Tras igualar el re?cord de 9.4 segundos, su espalda no le dio ma?s problemas y en los siguientes 50 minutos concreto? la serie de marcas que lo encumbraron al primer plano del atletismo mundial.

Unos meses despue?s Owens fue a una gira atle?tica a California que casi le costo? perder a su novia. Un diario publico? una historia diciendo que Jesse estaba comprometido con una chica de Los Angeles.

Cuando retorno? a su ciudad. Owens destruyo? esos rumores al llevar a su agraciada novia Minnie Ruth Solomon a un ministro negro que lo caso?.

En 1936, el atleta estadounidense de 1.78 metros, fue a Berli?n. Adolfo Hitler habi?a cifrado sus esperanzas de utilizar en parte las olimpiadas como un ejercicio de propaganda para demostrar la supremaci?a de la raza aria.

Owens gano? los 100 metros y despue?s el salto largo, quiza?s su ma?s brillante actuacio?n individual en competencias. Aunque so?lo recie?n habi?a logrado clasificarse para la final en su u?ltimo salto, tomo? la delantera para registarar 8.06 metros, una marca que perdurari?a por 25 años.

Cuando el atleta negro gano? los 200 metros, Hitler abandono? el estadio en un arranque de co?lera, en vez de presenciar la entrega de medallas.

Jesse Owens durante un partido de baloncesto en Barcelona en 1954. (Foto: EFE)
En 1972 despue?s que Owens fue invitado a los juegos oli?mpicos en Munich —la primera vez que las olimpiadas se realizaban en Alemania desde 1936— e?l recordo? el desaire de Hitler.

“Hitler habi?a rehusado principio estrecharme la mano. Pero los atletas no teni?an tiempo pra preocuparse de las personas en las tribunas. Encontre? que el gran pueblo alema?n ama el deporte y todavi?a tengo muchos seguidores en ese pai?s”, dijo Owens.

Desde su triunfo en las olimpiadas, Owens tuvo una variedad de trabajos. Fue locutor para el partido republicano en respaldo de la candidatura presidencial de Alfred Landon en 1936, director de orquesta, actor, director de una plaza de juegos, funcionario de un departamento de depo?sitos en Cleveland y vendedor de una compan?i?a destiladora en Nueva York.

En junio de 1964, Owens entonces un disc jockey y consultor en relaciones pu?blicas, volvio? a Berli?n para realizar una peli?cula para la televisio?n titulada “Jesse Owens retorna a Berli?n”.

Su reaccio?n ante la amenaza de boicoteo a los juegos oli?mpicos en Me?xico en 1968 lo puso de nuevo en los titulares, cuando fue el principal vocero de muchos prominentes negros que deploraron la idea del boicoteo.

Su posicio?n le trajo sobre si? la ira de los negros que estaban fervientemente promoviendo el boicoteo. Algunos lo llamaron el “Ti?o Tom”, en alusio?n al miembro de la misma raza que sobre estima a los blancos.

Owens murió víctima de un cáncer pulmonar el 1 de abril de 1980. 

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