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Naufragio en Izabal deja 80 muertos en 1989

Fue noticia el 2 de enero de 1989 el naufragio de la embarcación "Justo Rufino Barrios" ocurrida frente a las playas del balneario Punta de Palma, en Punta de Manabique, Puerto Barrios Izabal.

Titular de Prensa Libre del 03/01/1989. (Foto: Hemeroteca PL)

Titular de Prensa Libre del 03/01/1989. (Foto: Hemeroteca PL)

La embarcación naufragó el día 1 de enero en plena celebración de año nuevo. El barco era capitaneado por Juan Pablo Esquivel, de 22 años. Llevaba 120 personas a bordo, a pesar de que su capacidad era de 80.

A las 16 horas salió de Livingston y cuando se encontraba a la mitad de su recorrido sufrió avería en la bomba de inyección de diesel, debido a la presión por exceso de carga. La tripulación del barco pedía ayuda a la oficina por medio de un radio, cuando apareció el remolcador 654 de la Base Naval del Atlántico, el cual los auxilió.

Después de asegurados los cables, el remolqué jaló a la embarcación, por lo que los pasajeros, asustados, se trasladaron a uno de los lados del barco, lo cual provocó el naufragió, de acuerdo con la información preliminar.

En cuestión de minutos el barco se hundió, lo cual impidió que los pasajeros se colocaran chalecos salvavidas, así como que desprendiera el bote para emergencias. Sólo algunos pasajeros lograron salvarse. Según el informe oficial, los problemas se iniciaron al zarpar el barco porque el capitán informó que únicamente habían 40 pasajeros a bordo.

Algunos sobrevivientes dijeron que el capitán no quería que se le remolcara sin evacuar antes a los pasajeros. Sin embargo, por negligencia, los tripulantes del remolcador no permitieron esa acción e iniciaron el remolque, añadieron. El personal del guardacostas rescató a varias personas. Varios turistas que paseaban en lanchas también ayudaron a las víctimas.

Otros informes señalaron que hubo varios factores que incidieron en el accidente. Uno ellos fue la antigüedad de la nave. Además atribuyeron el naufragio a la imprudencia de los dos capitanes porque no evacuaron a los pasajeros antes de iniciar el remolque y el descontrol de los pasajeros.

Momentos después del accidente, 47 sobrevivientes fueron trasladados al hospital nacional de Puerto Barrios. También se rescataron 15 cadáveres. Los salvavidas con equipo especial, trabajaron varias horas para el rescate de los cadáveres de los fallecidos. La cifra final entre los ahogados y fallecidos en el hospital fue de 80 muertos.

Papa envió condolencias

La noticia fue conocida en todo el mundo por la magnitud de la tragedia. El papa Juan Pablo II envió un mensaje de condolencia a los familiares de los fallecidos en el naufragio del barco Justo Rufino Barrios, informó el nuncio apostólico, monseñor Oriano Quilici. El mensaje del Santo Padre fue enviado directamente a monseñor Luis María Estrada Paetau, administrador apostólico de Izabal.

El mensaje decía: “Santo Padre ha recibido con honda pena la triste noticia del naufragio de una embarcación en que han perecido numerosas personas y ofrece sufragio eterno y descanso a las almas de los fallecidos, elevando fervientes oraciones por el pronto restablecimiento de los heridos. Ruega vuestra excelencia transmita sentimientos sinceros de pésame a los familiares de las víctimas, junto a expresiones de consuela y viva solicitud, impárteles confortadora bendición apostólica”.

Informe oficial

Un mes después del accidente, trascendió el informe de una comisión investigadora ordenada por el presidente de la República, Vinicio Cerezo para determinar las causas de la tragedia.

El informe señalaba como corresponsables de la tragedia a miembros de la Marina de Guerra, la capitanía del Puerto, la Policía Nacional así como el propietario y al capitán del barco, estos últimos huyeron a México ya que alegaron vicios en la investigación.

Francisco Javier Godoy Arriaza, presidente de la Comisión indicó que los errores de procedimiento de rescate efectuados por la tripulación del patrullero P-654 “Tzacol” y del Justo Rufino Barrios II, la sobrecarga de éste último, así como la falte de rigidez de las autoridades para vigilar el transporte, constituyen las principales causas de la tragedia.

Otros elementos importantes a considerar son: que el Justo Rufino Barrios II, “sufrió importantes transformaciones físicas, no autorizadas por experto, las cuales alteraron su punto de equilibrio de flotación”, así como que “aún cuando la marina a capacitado a su personal para realizar rescates en el mar, los marineros no tienen suficiente capacitación para realizar labores de rescate masivo”, según Godoy Arriaza.

De acuerdo con la Comisión, a ésta no le correspondía deducir las responsabilidades legales del caso, por cuanto eso es una tarea que realizarían los Tribunales de Justicia.

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