El arreglo propuesto, que formará parte de un plan de reorganización que será presentado ante una corte de bancarrota más adelante este mes, será revisado por una jueza que supervisa la audiencia del 9 de noviembre.
El arzobispo Jerome Listecki llamó al arreglo un “nuevo Pentecostés”.    “Hoy damos la vuelta a una terrible página de nuestra historia para embarcarnos en un nuevo camino de esperanza, perdón y amor”, afirmó Listecki en un comunicado.
El acuerdo se logró luego de tres días de negociaciones en julio en Milwaukee entre la arquidiócesis, la comisión de los acreedores y abogados de los sobrevivientes del abuso, señaló la arquidiócesis.
El abogado Jeff Anderson, que representa a 350 de las aproximadamente 570 personas con demandas de bancarrota, criticó a la arquidiócesis por intentar sacar de la corte cientos de acusaciones antes de una audiencia de bancarrota en noviembre.
Como resultado, la comisión de los acreedores se vio obligada a evitar que el caso se alargara más tiempo, dijo Anderson.    “El trato hacia los sobrevivientes por parte de la Arquidiócesis de Milwaukee ha sido duro y doloroso”, dijo Anderson.   
El acuerdo también fue criticado por David Clohessy, director de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes. Acusó a funcionarios de la iglesia de “forzar un plan ventajista a través de las gargantas de las víctimas de abuso sexual que pasan apuros”.

  
Bajo los términos del acuerdo, 330 sobrevivientes del arreglo compartirán US$21 millones y se creará un fondo de terapia de US$500 mil para que reciban atención psicológica todo el tiempo que requieran.
Todos los feligreses, escuelas e instituciones de la arquidiócesis quedarán protegidos de futuras demandas relacionadas con acusaciones de abuso sexual.   
No recibirán dinero 157 demandas que previamente fueron denegadas o descartadas, no eran por abuso sexual, no mencionaban al acosador o ya se les había pagado un acuerdo financiero, dijo la arquidiócesis.
El dinero para pagar las demandas se tomará de varias fuentes, incluidos seguros por US$11 millones y acuerdos financieros con el fondo fiduciario de cementerios.
La arquidiócesis solicitó protección por bancarrota en el 2011 bajo el llamado Capítulo 11 de la Ley de Quiebras, enfocado en caídas de empresas, con el fin de abordar sus pasivos por demandas de acoso sexual.   
“Este arreglo representa para nosotros en la Arquidiócesis de Milwaukee un nuevo Pentecostés, un día de renacimiento que renueva nuestra visión del mundo, devoción y servicio”, dijo Listecki.