En octubre del 2014 saltó el escándalo. Cerca de 90 directivos de Caja Madrid, la entidad que después se convirtió en Bankia y estuvo en el origen del rescate que España tuvo que pedir a Europa, habían utilizado tarjetas opacas al fisco para gastos personales mientras el banco se dirigía a la quiebra.

Uno de ellos era López Madrid, yerno del exministro Juan Miguel Villar Mir y consejero delegado del grupo empresarial que lleva esos apellidos como nombre. Había gastado cerca de 35 mil euros.

Ese es el telón de fondo sobre el que la reina Letizia, el 14 de octubre del 2014, envió a su amigo el mensaje que abrió la crisis cuando el rotativo digital eldiario.es lo publicó el miércoles:

“Te escribí cuando salió el artículo de lo de las tarjetas en la m…. de LOC y ya sabes lo que pienso Javier. Sabemos quién eres, sabes quiénes somos. Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, m….. Un beso compi yogui (miss you!!!)”.

Cuando Letizia escribió esto, habían pasado pocos días desde que saltara el escándalo y cuatro meses desde la proclamación del rey. López Madrid, que entretanto devolvió el dinero, espera ahora el inicio del juicio en el que está acusado de apropiación indebida. La fiscalía pide un año y medio de prisión para él.

El periódico obtuvo la exclusiva de la instrucción de un caso en el que el empresario fue acusado de acoso sexual. La Guardia Civil logró recuperar por orden de la jueza parte de lo que intentó borrar en su iPhone y allí estaba el chat a tres con los reyes.

“Os lo agradezco mucho. En el futuro extremaré el cuidado, vivimos en un país muy difícil y sere aun más consciente de mi conducta (sic)”, agradeció él el aliento. “¡Y tanto! Me uno al chat, pero prefiero tener un rato para charlar sin intermediación electrónica ni telefónica¡. ¿Comemos mañana? Abrazo”, respondió el rey.

El apoyo al empresario, que se conoce cuando también está siendo investigado en una causa por la presunta financiación ilegal del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, es el primer error del reinado de Felipe VI.

Los monarcas han sido muy cuidadosos desde que asumieron hace un año y nueve meses el reto de recuperar el prestigo de la corona, hundido por una cacería de elefantes, una amante y, sobre todo, un escándalo de corrupción que ha acabado con la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin, en el banquillo de los acusados.

Según las encuestas, lo habían logrado, entre otras cosas con un muro de contención frente a la hermana del rey y su cuñado, tanto en lo personal -rompieron relaciones- como en lo institucional, con la exclusión de la infanta de la familia real.

La amistad de los reyes con López Madrid “ya no existe”, aseguró la casa real, que no pudo frenar la controversia. Es más, esta se vio acrecentada por el hecho de que algunos medios obviaran el tema, en una decisión interpretada como autocensura, y por que el Gobierno en funciones de Rajoy anunció una investigación de la revelación.

“La revelación de secretos es un delito y, por lo tanto, como cualquier delito, cuando se comete hay que investigarlo”, dijo el ministro de Justicia, Rafael Catalá.

Aunque hay críticas para los dos, también por parte de varios partidos, es sobre todo la reina la que está en el ojo del huracán.

El apelativo de “compi yogui” con el que se dirige a López Madrid, con el que entonces compartía clases particulares de yoga, fue motivo de sorna y se convirtió en “trending topic” en Twitter.

“compi yogi”  ha hecho fortuna entre twitter, donde se han multiplicado los mensajes que varían entre la ironía y la indignación, en un país donde la corrupción es la segunda mayor preocupación por detrás del paro.

“El #CompiYogui desde la ventana del Palacio Real” , afirma un tuit, con un montaje del famoso dibujo animado, el oso yogui, asomado en una ventana del Palacio Real de Madrid.

Otra fotomontaje muestra al rey Felipe saludando desde su coche con el oso Yogui al lado.

Más seria fue la reacción del director de “La Otra Crónica”, el suplemento del diario “El Mundo” al que Letizia se refirió en su mensaje como “la m…. de LOC”.

“Una Reina no puede dejar de comportarse como tal ni un segundo. Ni permitirse confidencias que puedan perjudicar la reputación de discreción de la institución”, escribe Iñaki Gil en una dura carta abierta a Letizia, que titula “Soy el jefe de 'la mierda de LOC' y espero, Majestad, que siga leyéndonos”.