Internacional

Corte española condena al cuñado del rey y absuelve a hermana

Cristina de Borbón, hermana del rey español Felipe VI, fue absuelta este viernes de los delitos de los que se la acusaban en el marco de un caso de corrupción, con la obligación de pagar una multa, mientras que su marido, Iñaki Urdangarin, fue condenado a seis años y tres meses de prisión, según confirmaron sus abogados.

Cristina de España y su esposo Inaki Urdangarin, abandonan la sala de audiencias en Palma de Mallorca. (Foto Prensa Libre:AP).

Cristina de España y su esposo Inaki Urdangarin, abandonan la sala de audiencias en Palma de Mallorca. (Foto Prensa Libre:AP).

El fallo de la Audiencia Provincial de Palma, el tribunal que juzgó el llamado “caso Nóos”, fue notificado a las partes ocho meses después de que el juicio, que sentó a la infanta y a su marido en el banquillo de los acusados junto a otras 15 personas, quedara visto para sentencia.

Urdangarin, para quien la Fiscalía pedía 19 años y medio de cárcel, fue condenado por los delitos de prevaricación, malversación, fraude, tráfico de influencia y dos delitos contra el fisco.

La infanta, acusada solo por una organización llamada Manos Limpias, que pedía para ella ocho años de prisión por dos delitos fiscales cometidos por su marido, fue absuelta aunque le fue impuesta una multa de 265 mil euros.

También pesa condena de cárcel, de ocho años y medio, sobre el ex socio de Urdangarin en el Instituto Nóos, Diego Torres.

Ambos estaban al frente de esta entidad que firmó contratos con administaciones locales y regionales para organizar eventos relacionados con el mundo del deporte. Se sospechaba que desviaron más de cuatro millones de euros de dinero público.

Tras conocerse la sentencia, la casa real española expresó a los medios a través de un portavoz su “máximo respeto por la independencia del poder judicial”.

El escándalo del “caso Nóos” supuso un lastre para la imagen del rey Juan Carlos I, quien abdicó en su hijo Felipe en junio del 2014. La infanta Cristina y Urdangarin llevan meses alejados de la casa real. Hoy conocieron el fallo del tribunal de Palma en Ginebra (Suiza), donde residen desde el 2013 junto a sus cuatro hijos.

“Yo diría que están razonablemente tranquilos”, dijo a los periodistas el abogado de Urdangarin, Mario Pascual Vives.

Urdangarin, de deportista ejemplar a condenado a prisión

Hubo un tiempo en el que Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina, era considerado yerno ejemplar del rey español Juan Carlos I. Pero un escándalo de corrupción, por el que el matrimonio fue juzgado, le convirtió en protagonista de uno de los episodios más oscuros de la historia reciente de la realeza española.

La sentencia del llamado “caso Nóos” le condena a seis años y tres meses de cárcel por su papel en la trama que desvió fondos públicos a través del Instituto Nóos, una entidad ligada al mundo del deporte que Urdangarin dirigía junto a un socio.

Nacido en la localidad vasca de Zumárraga en 1968, Urdangarin se casó en 1997 con Cristina de Borbón, a la que había conocido un año antes en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Era entonces un reputado jugador de balonmano, bien parecido y con 1,96 metros de estatura.

Creció en una “buena familia” -su padre era banquero y su madre es aristócrata- y se educó en escuelas de prestigio.

En el 2000 se convirtió en el primer miembro de la familia real española en conseguir una medalla olímpica. Fue en los Juegos de Sydney, donde la selección española de balonmano se hizo con el bronce. Poco después, a los 32 años, se retiró del deporte.

Entonces, instalado en Barcelona junto a la infanta Cristina, empezó a trabajar como directivo en empresas intermediarias en el mundo del deporte.

En el 2004 fue elegido vicepresidente primero del Comité Olímpico Español (COE), un paso criticado por algunos medios españoles porque simultaneaba ese puesto “con sus negocios de marketing deportivo”.

Los rumores sobre las actividades ilícitas del Instituto Nóos -que había fundado junto a un profesor del master de negocios que cursó y que ahora también será juzgado- comenzaron a extenderse en 2005 y su imagen empezó a ensombrecerse al filtrarse los detalles de su gestión al frente de este organismo sin ánimo de lucro.

Su nombre empezó a ocupar los titulares de la prensa española y en diciembre del 2011 llegó el primer gran golpe para la familia real española con su imputación.

En medio del escándalo, el rey Juan Carlos lo apartó de los actos oficiales por su comportamiento “no ejemplar”. Un año después, su perfil fue borrado de la web de la institución. Desde ese momento, la imagen pública del esposo de la infanta Cristina se fue deteriorando.

Desde el 2013, Cristina y Urdangarin residen en Ginebra (Suiza) junto a sus cuatro hijos. Allí se mudaron en medio de una gran presión mediática y social por el “caso Nóos”, que en total sentó a 17 personas en el banquillo de los acusados en enero del 2016.

La trama sumió a la monarquía en una de las mayores crisis que se recuerdan en España, hasta el punto de que en junio de 2014 el rey Juan Carlos abdicó en su hijo, Felipe VI.

Cristina de Borbón, la infanta que sigue defendiendo a su marido

Cristina de Borbón fue el primer miembro de la realeza española que se sentó en el banquillo de los acusados hace poco más de un año. Aunque este viernes fue absuelta, el fallo de la Justicia fue igualmente un duro golpe para ella: su marido, Iñaki Urdangarin, fue condenado a seis años y tres meses de prisión.

“Ella sigue creyendo en la inocencia de su marido”, dijo hoy su abogado, Miquel Roca, tras conocerse el contenido de la sentencia.

Ni las presiones del mismísimo rey de España, su propio padre primero y su hermano después, lograron que la infanta se alejara de su esposo en más de un lustro marcado por el escándalo del “caso Nóos”, una trama de desvío de fondos públicos protagonizada por Urdangarin.

La pareja resistió la tempestad unida, pero tendrá que separarse si el ex deportista, que fue jugador profesional de balonmano, entra finalmente en prisión.

De la mano de su esposo, la infanta arrastró el reinado de Juan Carlos I a una gran crisis de imagen que solo pudo cortarse con la abdicación del monarca en su hijo Felipe, en junio del 2014.

Cristina de Borbón (Madrid, 1965) ocupa el sexto lugar en la línea de sucesión al trono español. Tenía diez años cuando su padre, Juan Carlos, fue proclamado rey de España tras la muerte del dictador Francisco Franco, en 1975.

Hasta el estallido del escándalo del “caso Nóos”, a final del 2011, la infanta había vivido de forma moderna e independiente. Fue la primera de la familia real española en tener un título universitario al licenciarse en Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid.

Tras cursar un máster en Relaciones Internacionales en la Universidad de Nueva York y hacer prácticas para la Unesco en París, se instaló en Barcelona y comenzó a trabajar para Fundación La Caixa, la misma para la que continúa haciéndolo.

Su flechazo con Urdangarin tuvo lugar en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996, en los que el entonces jugador de balonmano participó, con sus 1,96 metros de altura. “¿Quién es ese rubio?”, cuentan que preguntó. Y pidió su teléfono.

Solo un año después la pareja se casaba en Barcelona, en la segunda boda real de la España democrática tras la de la infanta Elena, su hermana mayor. Tuvieron cuatro hijos: tres niños y una niña, que ahora tienen entre 11 y 17 años.

En todo este tiempo, Cristina nunca se ha separado de su marido, a pesar de la información que la prensa iba publicando sobre los turbios negocios del ex deportista al frente del Instituto Nóos, una entidad supuestamente sin ánimo de lucro ligada al deporte.

Tampoco cedió ante las presiones para que renunciara a sus derechos dinásticos, ni siquiera cuando en 2013 fue imputada por primera vez por el juez José Castro, quien la consideró cómplice de Urdangarin.

Una instancia superior, la Audiencia de Palma anuló la imputación, pero en enero de 2014 llegó una segunda. Un mes después, Cristina llenaba las portadas de todo el mundo al acudir a declarar ante el juez Castro en Palma de Mallorca.

Junto a su marido y sus hijos, en el 2013 decidió poner tierra de por medio y trasladarse a Ginebra.

El “caso Nóos” aisló totalmente al matrimonio. La casa real española apartó al ex deportista de la agenda oficial a finales del 2011 y, con él, “de facto”, también a la infanta.

La infanta había mantenía una buena relación con su hermano, tres años menor, hasta el momento en el que saltó el escándalo. Compartían aficiones deportivas y tenían caracteres parecidos. Pero el vínculo se rompió cuando Felipe y su esposa, Letizia, se apartaron de ella y de Urdangarin para evitar daños a su futuro reinado.

Cuando llegó al trono, una de las primeras medidas que tomó el nuevo rey fue la de reducir el núcleo de la familia real, dejando fuera de ella a sus dos hermanas. Un año después, dio un paso inédito al retirar a Cristina el título de duquesa de Palma.

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