Internacional

Duterte promete no decir más palabrotas tras recibir instrucciones de Dios

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha prometido que dejará de usar palabras groseras y exabruptos después de haber recibido instrucciones de Dios, informa hoy la prensa local.

El presidente filipino, Rodrigo Duterte, asegura que se comunicó con Dios. (Foto Prensa Libre: AP).

El presidente filipino, Rodrigo Duterte, asegura que se comunicó con Dios. (Foto Prensa Libre: AP).

“Estaba mirando al cielo cuando venía hacía acá. (…) Una voz dijo 'si no paras, derribaré este avión'”, narró Duterte en una comparecencia ante la prensa anoche, tras regresar a Filipinas de un viaje oficial de tres días a Japón.

“Y yo pregunté '¿quién habla?'. Por supuesto, era Dios. Así que le dije a Dios que no utilizaría más jerga ni palabrotas”, agregó el mandatario filipino, según la emisora ABS-CBN.

“Una promesa a Dios es una promesa al pueblo filipino”, aseveró.

Duterte, investido el pasado 30 de junio tras una victoria abrumadora en las elecciones presidenciales del país, es conocido por el uso constante de palabras malsonantes e insultos en sus discursos y ruedas de prensa.

Uno de sus exabruptos más utilizados es el “putang ina” filipino, traducido como “hijo de p…”, una expresión que en el pasado ha utilizado contra el presidente de Estados Unidos, Barack Obama; el embajador estadounidense en Manila, Philip Goldberg, y el papa Francisco.


La arremetida contra el pontífice se debió a al gran atasco de tráfico que causó en Manila durante su visita en 2015 a Filipinas, donde la religión católica es la mayoritaria del país y la que profesa el propio jefe de Estado, de 71 años de edad.

Asimismo, Duterte ha mandado “al infierno” en varias ocasiones a EEUU por criticar su guerra contra las drogas en Filipinas que ha causado más de 4.700 muertos en casi cuatro meses, y ha calificado a la primera potencia mundial de “hipócrita”, “intolerante” y “discriminatorio”.

Recientemente arremetió contra la Unión Europea (UE), a la que mandó “al purgatorio”, y tachó de “inútil” a la ONU poco antes de negarse a reunirse con su secretario general, Ban Ki-Moon, en Laos el pasado mes de septiembre durante una cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

Pese a las críticas por parte de la comunidad internacional por su inusual actitud, Duterte cuenta con el apoyo de la gran mayoría de los filipinos en los sondeos de opinión.

Según las últimas encuestas, un 76 por ciento de los encuestados aprueba su gestión, mientras que sólo un 11 por ciento dice estar insatisfecho y un 13 por ciento se muestra indeciso.

Vaticina entre 20 mil y 30 mil muertos más

Duterte también habló de su campaña de violencia encontra del narcotráfico y dijo preveer entre 20 mil y 30 mil muertes más en la polémica campaña que lanzó al comienzo de su mandato, el pasado 30 de junio. Al momento se registran 4 mil 726 muertes desde entonces, informan hoy los medios locales.

“Pueden esperar 20 mil o 30 mil muertes más para poder acabar con el problema de las drogas de mi país”, dijo anoche el mandatario en su habitual reunión con los habitantes de Davao, la ciudad del sur de Filipinas de la que fue alcalde durante 22 años, según la emisora local ABS-CBN.

Duterte, quien acababa de regresar de un viaje oficial a Japón en el que reiteró su política de distanciamiento de Estados Unidos y aproximación a Asia, había dicho durante la campaña presidencial que la lucha nacional contra los narcóticos que pensaba lanzar si ganaba iba a ocasionar unas cien mil muertes.

Según los datos de la Policía, 4 mil 726 personas han perdido la vida en Filipinas desde el 30 de junio, de ellas 1.725 murieron en operaciones policiales y las 3.001 restantes a manos de grupos civiles que se han tomado la justicia por su mano.

Además, se practicaron cerca de 32.000 detenciones y se entregaron voluntariamente unas 750.000 personas.

La campaña nacional contra la droga, uno de los mayores males de Filipinas, según Duterte, también ha incluido la lucha contra funcionarios corruptos.

En agosto, el Gobierno publicó una lista con los nombres 160 jueces, políticos, policías y militares acusados de traficar con drogas o de estar a sueldo de los narcotraficantes.

Duterte, que se ha enfrentado a la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) porque criticaron las violaciones de los derechos humanos que se cometen durante su campaña, mostró anoche una nueva lista más amplia a los vecinos de Davao, pero no descubrió ningún nombre.

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